La Fundación ETEA para el Desarrollo y la Cooperación comienza este mes de junio una nueva etapa al adquirir una nueva denominación pública, como es Fundación ETEA. Instituto de Desarrollo de la Universidad Loyola Andalucía.

En una nota, la entidad destaca que desempeñará a partir de ahora "el rol de centro especializado en desarrollo, adquiriendo el carácter de Instituto de la Universidad".

El director de la Fundación, José Manuel Martín, ha concretado que "la Fundación no va a desaparecer como tal", sino que "tiene su personalidad jurídica y mantiene su estructura, pero este convenio marco le habilita para que adquiera un nuevo rol que la transforma en el Instituto de Desarrollo".

Así, el convenio marco firmado entre el rector de la Universidad Loyola Andalucía, Gabriel María Pérez Alcalá, y el director de la Fundación ETEA para el Desarrollo y la Cooperación ha sido la fórmula elegida para dotar de legalidad a un hecho que ya venía ocurriendo desde hace tiempo, que es la cada vez más estrecha colaboración entre ambas instituciones en el cumplimiento de sus objetivos comunes como entidades de la Compañía de Jesús.

Al respecto, José Manuel Martín ha definido el convenio como "un punto de inflexión en la vida y existencia de la Fundación ETEA, porque, de alguna manera, marca el nuevo contexto de trabajo en el que la Fundación se va a mover".

El documento normativo refuerza el trabajo conjunto en el ámbito del desarrollo con especial incidencia en la promoción de la justicia en las zonas más vulnerables y desfavorecidas y con el objetivo de construir sociedades inclusivas y sostenibles.

IMPLICACIONES DEL CONVENIO

Una de las tareas fundamentales de la Fundación consiste en "el apoyo a las líneas de investigación de la Universidad relacionadas con el desarrollo, contribuyendo a la formulación y ejecución de proyectos de investigación que sean relevantes para el desarrollo inclusivo y sostenible de los países desfavorecidos y que generen producción científica".

En este sentido, la colaboración de Loyola Andalucía en los proyectos de cooperación de la Fundación facilitará que la propia universidad pueda hacer efectivo también en este ámbito su compromiso con el servicio a la justicia y el desarrollo "se analizan los problemas, se analizan las dificultades, se intentan detectar qué metodologías de las que se implementan en la Universidad son susceptibles de acción para resolver esos problemas".

A partir de ahí, "se genera un diálogo entre la Fundación y la Universidad para poder desarrollar proyectos que, realmente, den respuesta a los problemas reales de las personas de los países en los que trabajamos", según ha explicado Martín.

Además, otra de las responsabilidades encomendadas a la fundación, en coordinación con otras instancias de la Universidad, es "la gestión de los convenios de colaboración institucional y las estancias académicas de profesores de Loyola Andalucía con las tres universidades de la Compañía de Jesús en Centroamérica", tarea que puede extenderse a futuros convenios con otras universidades pertenecientes a la red de socios y contactos de la fundación en el ámbito del desarrollo en otros países.

Asimismo, la Universidad Loyola Andalucía refuerza su compromiso con la Fundación ETEA, garantizando apoyo de infraestructura, personal y recursos para contribuir al desempeño de las iniciativas en materia de cooperación y desarrollo.