El activista cordobés de la Flotilla de la Libertad Francisco Canales denunció ayer «el abordaje militar» al que fue sometido su barco por parte de las autoridades de Israel, a las que ha acusado de «haber jugado con la psicología» de sus compañeros y de haber intentado «romperles el ánimo», informa Efe.

«La estancia en la prisión ha sido bastante dura. Han jugado con nuestra psicología, no nos dejaban dormir, nos cortaban el sueño. Nos pusieron en un ala independiente aislados, en las peores condiciones que había en la cárcel, que ya de por sí eran malas», relata a los periodistas el concejal de Alájar (Huelva) a su llegada al aeropuerto de Barajas.

Canales es uno de los diez activistas, de los doce que viajaban a bordo del barco Freedom, que permanecían retenidos en el centro de Givón para inmigrantes en situación irregular, en la ciudad de Ramle, al sur de Tel Aviv, tras negarse a su deportación voluntaria. De hecho, desde el día de su captura las autoridades israelíes «han estado presionando» para que firmaran un documento como inmigrantes ilegales, algo que rechazaron porque fueron arrestados en aguas internacionales, ha argumentado Canales y ha añadido: «Todo el tiempo han intentado rompernos el ánimo para que cediéramos».

«El momento de la captura fue de muchos nervios porque fue un acto militar con siete barcos», destacó el edil. «Estaban muy preparados, iban a conciencia, ha sido un abordaje en todo el sentido (del término)», añadió. Otro dispositivo militar les aguardaba en el puerto, con más de 300 militares desplegados que procedieron a realizarles distintos registros, en los que su afán era intervenir «tarjetas de teléfonos y fotografías». De esta experiencia, Canales se ha traído «la sensación de un gobierno israelí muy prepotente y con una actitud militar muy avasalladora».