La catástrofe aérea en la que el pasado 24 de marzo fallecieron los 150 ocupantes de un avión que cubría la línea Barcelona--Düsseldorf ha reforzado los miedos a volar y ha reactivado los miedos de pacientes obsesivos --a los que "les da miedo pensar que pueden hacer eso"-- al conocer que, presuntamente, fue el copiloto quien provocó el accidente. Así lo explica el psicólogo Luis Alonso Echagüe, que destaca que han detectado un incremento del número de personas que van a consulta con esta inquietud y también ha afectado a pacientes que ya estaban siendo tratados.

La estadística indica que un 15% de la población tiene fobia a volar, lo que en el caso de Córdoba supone que más de 100.000 personas sufren este miedo irracional que paraliza. No obstante, este profesional, perteneciente al Colegio Oficial de Psicólogos, aclara que "hay mucha población silente que no lo sabe y que no lo va a saber", ya que las personas que no necesitan subir a un avión no llegarán a descubrirlo. También aclara que en algunos casos puede que no se trate de una fobia a subir a las alturas, sino que "tienen miedo a no controlar la situación" y esto les sucede en otro tipo de transportes, a lo que añade que "la fobia no limita a todo el mundo".

En alusión al siniestro en el que, supuestamente, el copiloto del avión estrelló este aparato, deliberadamente, contra una montaña en pleno corazón de los Alpes (en Francia), este psicólogo apunta que este suceso "perjudica bastante", porque una persona puede conocer que existen entre 13.000 y 15.000 vuelos a la hora en el mundo, pero "es capaz de minimizar esa información y, por supuesto, esos acontecimientos la mente los codifica, los refuerza y los relaciona con una conducta, en este caso la de volar". Para superar este problema, Luis Alonso Echagüe apunta que en su centro de trabajo plantean un programa terapéutico y también un entrenamiento mediante realidad virtual, con el objetivo de que el paciente se enfrente de forma gradual a las distintas situaciones que le causan fobia.

En cuanto a la reactivación de miedos que se ha producido, subraya que "la gente tiene pensamientos que le aterrorizan y si este señor (Andreas Lubitz) ha hecho eso, antes lo pensó. La diferencia entre el pensamiento y la conducta ha sido inexistente". En este sentido, afirma que "todos queremos considerarnos normales y nos da miedo que se reduzca la distancia entre lo que pienso y lo hago".