En mayo de 1948, el alcalde Rafael Salinas descubre el busto que el Ayuntamiento, en nombre de la ciudad, dedica a Manolete. Así se cumplió el acuerdo municipal, adoptado después de la tragedia de Linares, de dedicar el centro de La Lagunilla al matador como homenaje a su memoria. El busto es una réplica en bronce del original en mármol esculpido por Juan de Avalos.