El fiscal sostuvo ayer que los dos acusados de matar en marzo del año pasado a la mujer con la que compartían casa en El Cerro "han mentido y han incurrido en muchas contradicciones de bulto" a lo largo del juicio, aseguró que la presencia de los dos en el lugar de los hechos la madrugada en la que se cometió el crimen "está acreditada" y señaló que cometieron asesinato porque la víctima "no tuvo posibilidad de defenderse" y sufrió un número "exagerado de golpes" que, "además de dolor físico, le produjeron también otro psíquico". Así lo mantuvo en su informe final, en el que igualmente destacó que los dos acusados se han culpado entre sí y que el móvil del crimen pudo ser las "discusiones y deudas pendientes", eso en un entorno de consumo de drogas en el que "por una dosis uno puede hacer cualquier cosa". Por todo, el fiscal, como también hicieron las acusaciones particulares, elevó a definitivas sus conclusiones, en las que pide 25 años de cárcel para el procesado --contemplando la agravante de reincidencia al haber sido condenado anteriormente por homicidio-- y 20 años para la inculpada. Las defensas, en cambio, solicitaron al jurado que los declare inocentes.

En la jornada de ayer, los forenses declararon que la víctima presentaba 27 lesiones, 12 de ellas por golpes en la cabeza que le causaron fractura del cráneo y una hemorragia cerebral que determinó su muerte. Además, sufrió un "intento de estrangulación", todo ello en una "acometida de forma sorpresiva" en la que pudieron participar una o dos personas.

En cuanto al informe sobre ADN, los peritos aseguraron que no hallaron el perfil genético de los acusados ni en las ropas ni en el cuerpo de la fallecida, aunque sí el de un varón que no ha podido ser identificado. De otro lado, una médica aseguró que la procesada "sabe lo que hace", aunque a lo largo del juicio ha sostenido reiteradamente que "oía voces".