Como suele suceder en cada edición del concurso, la última función de preliminares es una sesión distinta al resto, ya que el momento más esperado por todos los carnavaleros tiene lugar cuando las agrupaciones en cartel actúan y quienes pisan las tablas del teatro, en este caso del Góngora, son los miembros del jurado para comunicar los grupos que han pasado a la fase de semifinales.

Antes de tal veredicto, la chirigota cordobesa APTC, no me des cera que me desespera abrió el telón con unos muñecos que salieron de su atril del museo de cera para lanzar una crítica hacia aquellos «falsos» que desprestigian la fiesta «por tonterías». Le secundó la primera comparsa de la noche. Desde Villanueva de Córdoba, los artesanos de La obra cuajaron una actuación en la que contaron todas sus creaciones y avances que hicieron en este mundo, aunque «todo sigue igual». Acto seguido la chirigota femenina A las ricas y maduras presentó su frutería con el mejor aspecto posible para recordar la lucha diaria de numerosas familias en un pasodoble, así como los matices de la clientela de las zonas de Córdoba en el popurrí.

La primera mitad de la función la completó la comparsa sevillana El vendedor. Esta agrupación recordó «las veces que he soñado con cantarte por febrero», hasta escuchar la llamada del dios Momo. Su segundo pasodoble trató la problemática catalana desde el punto de vista de un catalán que también se siente español. «Me ha costado mi relación con amigos y hermanos», pero «jamás podré renegar de mi tierra y hogar».

La segunda mitad de la última preliminar comenzó con la actuación de la chirigota de Lopera Los que tienen mucho cuento. Con un tipo muy colorido de personajes de Disney y Warner Bross, este grupo tuvo numerosos golpes de humor, aunque antes interpretaron una letra sensible sobre el alzhéimer utilizando como gancho al personaje Dory, de la película Buscando a Nemo, pues a pesar de que ella olvide todos sus recuerdos, «ella siempre estará en nuestra memoria». Tras este grupo, actuó la última comparsa de estas preliminares. Procedente de Córdoba, Los bocazas criticaron a los «niñatos» que ningunearon el Góngora y a los comparsistas en general.

Cerraron la función dos chirigotas. Primeros, los astigitanos de Ojú que penita de patio tuvieron puntos que hicieron reír constantemente al respetable en sus cuplés y el popurrí. Mientras que la chirigota cordobesa El modernito del XIII también dejó golpes simpáticos en sus pasodobles marcados por el humor surrealista.