Que 16 cordobesas hayan podido ser madres a pesar de haber padecido cáncer de mama es el resultado de la voluntad de estas mujeres y del esfuerzo conjunto de profesionales de los Servicios de Radiodiagnóstico, Oncología Médica, Oncología Radioterápica, Cirugía, Ginecología y Medicina Nuclear del hospital Reina Sofía. La primera embarazada con cáncer de mama que fue tratada en el Reina Sofía fue Nieves Toledano y su hija acaba de cumplir 11 años. Antes que ella muy pocas mujeres en España habían logrado tener hijos en circunstancias similares. "Es un reto cargado de un gran compromiso personal para los profesionales que participamos en este proceso, ya que tratamos de dar una respuesta positiva al deseo de maternidad de una mujer que ha tenido o tiene cáncer de mama. Hemos afrontado casos muy complejos, como el de una mujer que tuvo cáncer de mama cuando iba a tener a su hija y luego su hija también padeció esta enfermedad cuando se quedó embarazada", indica Juan de la Haba.

La historia de Raquel Santiago también es infrecuente. Sufrió cáncer de mama durante su primer embarazo y también en el segundo. Aunque este última gestación llegó sin que ella y su marido se hubieran atrevido ni a planearla. Raquel tiene ahora una hija de 6 años y otro de 9 meses. Durante su último embarazo recibió 6 sesiones de quimioterapia y tras el parto otras 15, además de pasar por el quirófano. "Lo que me ha ayudado a pasar por todo esto es pensar que era algo temporal, un proceso con etapas que hay que superar una a una porque la recompensa final lo merece, porque la vida merece este esfuerzo", señala Raquel.

A pesar de los tratamientos, del miedo a qué pasaría con sus embarazos, esta mujer es consciente de que ha logrado lo que otras no pudieron. "Soy afortunada de haber podido dar a luz dos hijos sanos y de tener la oportunidad de verlos crecer", comenta. Volcada con su caso estuvieron los doctores Inmaculada García Oliveros (Unidad de Patología Mamaria); Juan de la Haba (Oncología Médica); Pilar Jimena (consulta de embarazo de alto riesgo) y Joan Benítez (Cirugía Plástica), así como el enfermero Enrique Artacho.

Un milagro

El cáncer de mama también pasó por la vida de Josefina Romero. Esta vecina de Villanueva de Córdoba se casó con solo 18 años. A pesar de que se sometió a tratamientos de fertilidad no lograba ser madre, aunque había acogido como suyo al hijo de su marido, que había enviudado de un primer matrimonio. A los 32 años le diagnosticaron a Josefina un cáncer de mama. La regla se le retiró un tiempo por la medicación. Pero un año después de volver a tenerla, en las pruebas previas para reconstruirse el pecho, supo que estaba en estado. Un embarazo no exento de riesgo, ya que ella tenía 42 años y la tensión alta. "Mi marido lo pasó fatal esos 9 meses, pero al final mereció la pena y nuestra niña María nació bien", cuenta.