La familia de Soledad Donoso, la joven cordobesa cuyo cadáver fue hallado junto al río Guadalquivir en la capital hace más de 22 años, lamentó ayer que la Audiencia Provincial haya acordado el sobreseimiento de la causa, tras el recurso planteado por la familia ante la decisión del Juzgado de Instrucción número 7 de Córdoba de archivar el caso sin procesar a nadie.

En este sentido, desde la familia señalan que "esperaban otra noticia", al tiempo que aseguran que "no ha sentado muy bien" tener que enterarse por los medios de comunicación de la decisión, puesto que, según aclaran, a ellos todavía no les han notificado "nada", de ahí que apunten que una vez que reciban la notificación oficial en próximos días la analizarán.

En concreto, la Audiencia ha acordado concluir el sumario sin procesamiento en un auto que es firme, de modo que contra la resolución no cabe recurso, según han confirmado a Europa Press fuentes judiciales. Al respecto, la Sección Tercera de la Audiencia reconoce que "no hay pruebas suficientes para procesar al único sospechoso por esta causa".

Al respecto, el Juzgado de Instrucción 7 emitió un auto de conclusión del sumario sin procesamiento, después de que no pudiera determinar la intervención de una persona concreta en el crimen. Ante ello, la familia recurrió la resolución ante la Audiencia, después de aportar una prueba como es la presunta identificación y localización del vehículo que supuestamente utilizó el único imputado en los hechos, R.C.G., conocido de la víctima.

La abogada de la familia, Penélope Castejón, ya puso de manifiesto su "sorpresa" ante la decisión judicial, de hecho aseguró que "lo más normal es que no quieran seguir adelante, porque con tantas preguntas sin respuestas y pruebas perdidas no les gustaría que siguiéramos pensando que los trabajos que se realizaron en su época hayan sido sobre todo imprudentes".

Así, ahora el dictamen de la Audiencia pone fin a un largo proceso judicial que vivió una segunda fase después de que se reabriera la causa en el año 2012 y la juez imputara a R.C.G.. Un testigo situaba al sospechoso el día de los hechos en los alrededores de la plaza de San Pedro, donde vivía la chica, conduciendo un Volkswagen Golf de color rojo, mientras que otra persona aseguraba haber visto un coche igual en El Arenal ese mismo día.

No obstante, los allegados de la víctima solicitaron la colaboración ciudadana a la espera de que alguien pudiera proporcionar alguna pista sobre lo que sucedió el día de los hechos el 28 de septiembre de 1992. Mientras, la familia pretendía que el juzgado procese a la única persona que fue imputada, R.C.G., al que el juez tomó declaración en 2013.