La Cátedra de Medio Ambiente Enresa--UCO acogió ayer en Rabanales unas jornadas de divulgación dirigidas al público en general en las que los catedráticos de Estratigrafía de la Universidad de Granada Agustín Martín Algarra y Juan Antonio Vera desmontaron las alarmas relacionadas con el cambio climático al asegurar que actualmente no existen evidencias científicas sobre los cambios climáticos de alta frecuencia y que no está justificada la idea de que sea el hombre quien esté alterando la evolución natural de tales acontecimientos. Ambos científicos expusieron los cambios registrados en los últimos 2,5 millones de años y apuntaron ejemplos de etapas de enfriamiento como la pequeña Edad de Hielo, registrada en la Edad Media, en las que sería impensable señalar al ser humano como posible factor desencadenante.

Antonio Jesús González, coordinador de la cátedra, destacó que ambos científicos en su exposición apuntaron que muchas de las decisiones políticas que se adoptan a nivel mundial en materia de cambio climático no están basadas en conclusiones científicas, sino en conjeturas derivadas de "elevar hipótesis a ciencia o convertir teorías en certezas". ¿Quién habla ya de la capa de ozono o de la lluvia ácida?

En este sentido, los expertos geólogos comentaron que los cambios climáticos no pueden medirse en unidades de tiempo tan cortas como una década o un siglo, sino en miles de años, y aclararon que la tendencia actual es a un enfriamiento de la Tierra y no al revés, si bien las pequeñas oscilaciones que se miden a lo largo de la vida de un ser humano puedan indicar lo contrario. Asimismo, comentaron que el deshielo de los polos es una realidad, si bien "no está claro si primero se calentó la atmósfera y esto provocó el deshielo o si el deshielo hizo que la atmósfera se calentara". En cuanto a las emisiones de CO2, los expertos aseguraron que las derivadas del ser humano suponen una ínfima parte comparadas con las emisiones que generan factores naturales como el vulcanismo o escapes de gases.

Dicho todo esto y puesto que la única evidencia es que no hay evidencias, los catedráticos destacaron la necesidad de proteger el medio ambiente como una obligación lógica del ser humano, como quien cuida su casa porque es su espacio vital, y también "por si acaso", ya que nadie puede descartar que algunas de las hipótesis planteadas hasta el momento puedan confirmarse en un futuro que, de momento, parece lejano.