Investigadores clínicos del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic) han publicado un estudio que demuestra que una actitud de alerta por parte de los médicos de familia y de personal de enfermería de los centros de atención primaria ante la presencia de síntomas o signos de sospecha de trastorno de ritmo cardíaco, resulta eficaz, ya que permite diagnosticar hasta un 6,7% de nuevos casos y, de esta manera, iniciar precozmente su tratamiento y reducir la posibilidad de futuros accidentes isquémicos.

En este estudio, un ensayo clínico controlado, se han comparado dos estrategias de intervención, por un lado la toma del pulso arterial a pacientes mayores de 65 años asintomáticos, y por otro, a pacientes con algún síntoma o signo compatible con una fibrilación auricular, y aunque con el primer método se llega a detectar hasta un 1,1% de nuevos casos de esta patología, el segundo resulta 6 veces más rentable. El estudio se inició en 2012 y ha estado coordinado por los doctores Luis Pérula y Enrique Martín, técnico de Salud y tutor, respectivamente de la Unidad Docente de Medicina Familiar.