La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), dependiente del Ministerio de Sanidad, ordenó en agosto a todos los centros y profesionales sanitarios del país, lo que incluyó al hospital Reina Sofía y otros dos de la provincia, que debían cesar de usar el método de esterilización definitivo femenino Essure por un periodo de 3 meses, plazo que se acaba de cumplir. La Aemps requirió a la farmacéutica Bayer que dejara de comercializar este anticonceptivo, presente en España desde hace 15 años, y lo retirase del mercado «al no disponer de un certificado de marcado CE en vigor».

Sin embargo, sin necesidad de que se agotara el plazo de suspensión, que cumplió el jueves pasado, Bayer comunicó en septiembre su decisión de cesar «de forma voluntaria y por motivos estrictamente comerciales» la venta y distribución del Essure en todos los países, excepto Estados Unidos. Bayer precisó entonces que su decisión no estaba relacionada con cuestiones de seguridad o calidad del producto y que el perfil beneficio/riesgo del Essure sigue siendo favorable.

Sin embargo, a esta situación se ha llegado después de que en los últimos años fuera creciendo el número de mujeres que en España y en todo el mundo achacan que ponerse el Essure les ha provocado dolores pélvicos, de las articulaciones, de cabeza, cansancio, hinchazón abdominal, entre otros síntomas. Muchas de ellas están integradas en la plataforma Libre de Essure de España o en otros foros y no son pocas las que denuncian que les han tenido que extirpar el útero cuando han entrado en quirófano para que les retirasen el dispositivo o han padecido otras consecuencias, según esta plataforma.

En Córdoba

El hospital Reina Sofía fue pionero en España y Europa en la utilización del Essure, un método alternativo a la ligadura de trompas, que no requiere ingreso ni cirugía al implantarse de forma ambulatoria. Desde el 2003 se han colocado en Córdoba 8.443 essures, una cifra que representa más del 10% del total nacional, ya que en España hay unas 80.000 mujeres que portan este dispositivo en base a las estimaciones de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). Según el Reina Sofía, de esos 8.443 essures, 7.171 han sido colocados a mujeres en el Reina Sofía; 920 en el hospital de Cabra, y 352 en el complejo de Pozoblanco. El Reina Sofía dejó de implantar estos dispositivos en febrero, antes de la suspensión del método por la Aemps, mientras que en Cabra y Pozoblanco los últimos sí se colocaron más recientemente, suspendiéndose la actividad tras la orden de Sanidad en agosto.

La jefa de la Unidad de Obstetricia y Ginecología del Reina Sofía, Ana Ortiz Minuesa, expuso que desde febrero del 2016 a ahora han sido atendidas en la consulta de histeroscopia del hospital 211 mujeres que consultaban por presentar sintomatología diversa, que ellas pensaban podía estar relacionada con el Essure. 155 de las mismas se incluyeron en lista quirúrgica para su retirada y ya han sido operadas 101, otras 9 se salieron de la lista y quedan pendientes de intervenir 38 mujeres. Ortiz indicó que frente a ese dato hay otras 8.288 mujeres que se entiende están satisfechas con el dispositivo.

«El Essure es un método de esterilización definitiva, que no está pensado para su retirada. Por eso, la retirada a veces es complicada y a veces tan dificultosa que provoca su rotura al intentar quitarlo, pudiendo quedar fragmentos milimétricos, en los casos que se produzca esa rotura. Entonces para su completa retirada es necesario realizar una histerectomía (extirpación del útero), algo que se explica en el consentimiento informado que se entrega a la paciente previo a la cirugía, para que ésta decida si se le puede realizar una histerectomía o no, si se produjera la rotura del Essure durante la extracción del mismo», explicó Ortiz.