Uno de los participantes en el programa Jóvenes por El Sáhara, Mariano Liñán, destacó ayer que después de los diez días de convivencia en los campamentos "siento una admiración tremenda hacia la lucha del pueblo saharaui, es muy duro ver cómo viven en el desierto y que se les ha arrebatado su dignidad". En esta línea, el voluntario también añadió que "otro sentimiento es el de vergüenza por el papel del Estado Español" en este conflicto. Liñán ha integrado un grupo de once jóvenes y cuatro coordinadoras que han trabajado con otros jóvenes y adolescentes, también han colaborado con la Unión Nacional de Mujeres, han desarrollado actuaciones para la atención de discapacitados en los campamentos y han ayudado a la población a que difunda su historia a través de medios audiovisuales..