El brexit, el abandono del Reino Unido de la Unión Europea, es un proceso político actual, pero hace 450.000 años este país formaba parte del espacio físico del continente europeo, ya que se encontraba unido a Francia. Hubo que esperar a una glaciación, de la que se ha hecho eco recientemente la prestigiosa revista Nature, para que comenzara a producirse esa separación de naciones. Este novedoso estudio internacional, uno de los mayores logros del geólogo David García Moreno (Fernán Núñez, 1980), en colaboración con otros dos investigadores (Sanjeev Gupta y Jenny Collier) recoge que «el muro que unía Francia con Inglaterra cedió en algún momento durante la glaciación producida hace unos 450.000 años, se rompió y dio lugar a la inundación catastrófica del Canal de la Mancha».

-¿Puede explicar por qué es tan relevante este descubrimiento?

-Grandes volúmenes de agua escaparon por la brecha abierta arrasando y arrastrando todo lo que encontraron por delante. Este tipo de inundación catastrófica se conoce como megaflood. Fue el inicio de la abertura del estrecho de Dover (la parte más estrecha del Canal de la Mancha). El primer brexit geológico de la historia del Reino Unido.

-¿Cuánto tiempo les llevó llegar a las conclusiones publicadas por la revista ‘Nature’?

-Mis compañeros de Imperial College London llevaban desde el año 2007 investigando la posibilidad de que hubiera habido uno o varios episodios de inundaciones catastróficas en el Canal de la Mancha durante al menos la glaciación que tuvo lugar hace unos 450.000 años. Luego, entre los años 2010 y el 2013, yo estuve liderando un proyecto de colaboración entre el Observatorio Real de Bélgica y la Universidad de Gante para estudiar la actividad sísmica de las fallas que cruzan el Estrecho de Dover, donde se produjo un gran terremoto en 1580. En el marco de ese proyecto, recogimos datos geofísicos en este estrecho. Ampliamos el grupo de trabajo incluyendo a un compañero de la universidad de Lille (Francia), quien nos informó que investigadores del Imperial College London también estaban estudiando en la zona. Así que nos pusimos en contacto con ellos, compartimos los datos que tenía cada uno y nos repartimos el trabajo. Un año más tarde, con el análisis de toda la información, nos dimos cuenta que teníamos delante la prueba de que hubo cataratas en el estrecho de Dover. Probando así que tenía que haber habido un muro sobre el que se desbordaba el agua y demostrando de esta manera que Francia y Reino Unido tenían que haber estado unidas para que eso ocurriera. El resto viene de las diferentes estructuras geomorfológicas que hemos identificado en el fondo marino, que sugieren que el muro se abrió en algún momento y que después de estas cataratas hubo rápidas inundaciones masivas de agua cargada con sedimentos y rocas (megafloods). Este estudio nos ha llevado 7 años.

-¿Habéis contado con muchos colaboradores?

-El estudio, además de ser realizado por Sanjeev Gupta, Jenny Collier y y por mí, ha contado con la participación continuada o puntual de otros 20 científicos (belgas, italianos, franceses e ingleses). Por ahora, este estudio ha dado lugar a tres publicaciones en revistas científicas internacionales: una sobre la actividad de las fallas en el estrecho de Dover (que lideré yo), otra sobre inundaciones catastróficas en el canal de la mancha (que coordinó Jenny Collier) y la última en Nature sobre la abertura del estrecho (con Sanjeev Gupta al frente). Una cuarta publicación que también deriva de este estudio se publicará en los próximos meses.

-¿Qué elementos ayudaron a confirmar esa unión de Gran Bretaña con Europa hace 450.000 años?

-Estudios en el Canal de la Mancha y en el Golfo de Vizcaya sugieren que no hubo tránsito entre los ríos que desembocan en el Mar del Norte y en el Canal de la Mancha hasta alrededor de esa época. Por consiguiente, antes de esa fecha el estrecho de Dover debía de estar cerrado.

David García se licenció en Geología en la Universidad de Granada y es experto en tectónica activa, geología de terremotos y geomorfología. Trabaja como investigador para el departamento de Geología Marina de la Universidad de Gante (Bélgica) y realiza estudios geomorfológicos del fondo marino y del subsuelo del Mar del Norte y del estrecho de Dover para reconstruir cómo estaban distribuidos los ríos durante las últimas tres glaciaciones. Este geólogo también colabora con el Observatorio Real de Bélgica, con el que participa en estudios sobre la actividad sísmica en Centroeuropa. García ha desarrollado toda su carrera científica en el extranjero y descubrió que quería dedicarse a la investigación en unas prácticas en un buque oceanográfico estadounidense en el Océano Pacífico. Desde el 2006 está afincado en Bruselas, donde también ha ejercido como geólogo senior para la empresa Tractebel-Engie (propietaria de todas las centrales nucleares de Francia y Bélgica), con el objetivo de monitorizar los trabajos geológicos que efectuaba esta firma en relación con la peligrosidad y riesgos naturales que podrían afectar a futuras centrales nucleares, como terremotos, tsunamis o volcanes.

-¿Un fenómeno similar al que se produjo hace tanto tiempo y que provocó que Gran Bretaña se separara de Francia podría originarse ahora en algún punto conocido del mundo debido al cambio climático u otros fenómenos?

-Con el deshielo de los glaciares, como el iceberg gigante que se ha desprendido esta semana en la Antártida, es muy probable que situaciones similares ocurran, aunque quizás no a tan gran escala. Como por ejemplo, si el caudal de ríos desembocando en un lago producido por una presa natural o artificial sube rápidamente debido al deshielo anormalmente rápido de un glaciar. En realidad, los megafloods no son tan raros en la naturaleza. Además de ser presas naturales que se rompen por acciones diversas, los megafloods también pueden ocurrir cuando el cauce de un rio montañoso se bloquea momentáneamente a causa de un deslizamiento de tierras. O como efecto secundario en erupciones volcánicas. La particularidad de este hecho que abrió el estrecho de Dover es la magnitud de este, pues el lago en el Mar del Norte debía de ser inmenso, unido al hecho de separar Gran Bretaña del continente europeo, con todas las implicaciones prehistóricas e históricas que conllevó.

-¿Qué otros efectos geológicos puede ocasionar el cambio climático y el incremento progresivo de las temperaturas, con olas de calor como la que está soportando esta semana España? ¿Se producirá el deshielo total de los polos? ¿Afectará todo esto a la forma de construir?

-No soy experto en Climatología, pero desde mi punto de vista, es difícil predecir si la Antártida y el Polo Norte se derretirán completamente. Lo que está claro es que si la temperatura sigue subiendo gran parte de los polos se derretirá. Esto producirá una crecida del nivel del mar considerable y una modificación del clima a nivel global. En el caso de España, las playas y zonas costeras bajas serán engullidas por el mar, lo que creará miles de refugiados climáticos en nuestro país, pues habrá que relocalizar a las familias que vivan en esos sitios. Esto sin hablar de la desertización creciente de la península. Como afectará esto a las construcciones futuras es un misterio. Primero habrá que ver cómo sobrevive nuestra sociedad actual a un evento como este.

-¿Cree que los movimientos sísmicos y otro tipo de fenómenos como volcanes, lluvias torrenciales o sequías irán en aumento?

-No hay evidencia que sugiera que los eventos sísmicos o volcánicos aumentarán o disminuirán con el tiempo. Las lluvias torrenciales y las sequias son otra cosa, pues con el cambio climático todos los fenómenos meteorológicos locales cambiarán. Es decir, en áreas donde las sequias son raras o inexistentes, estas podrían empezar a ser más frecuentes y lo mismo pasa con la lluvia o los huracanes.

-¿Qué próxima investigación tiene por delante?

-Tengo dos proyectos para el año próximo. Con el equipo de la Universidad de Gante, Imperial College London y Universidad de Lille estamos preparando la continuación del proyecto en el estrecho de Dover, donde queremos perforar las Fosses Dangeard para estimar, entre otras cuestiones, cuando exactamente ocurrió la abertura del estrecho y las siguientes inundaciones catastróficas del Canal de la Mancha. Y junto a mis antiguos compañeros del Observatorio Real de Bélgica seguiremos con la caracterización de la actividad de fallas en el centro y norte de Europa.

-¿Cómo está Bruselas después de los atentados del 2016?

-Los primeros meses después de los atentados de Bruselas el ambiente estaba enrarecido. Todo el mundo sospechaba de todo el mundo y nadie hablaba en el metro o en el bus. Ahora todo está más calmado, la gente sigue su vida más o menos como antes, aunque solo falta que alguien olvide una mochila en el metro para que salten todas las alarmas.

-¿Existe más apoyo para los investigadores en Bélgica que en España?

-No puedo responder bien porque nunca he trabajado como científico en España. En Bélgica casi todo funciona por proyectos. Es difícil lograr una plaza fija en centros de investigación o en universidades. Lo positivo es que hay varias fuentes de financiación pública para investigar y las universidades y centros de investigación cuentan muchas veces con dinero propio para contratar a investigadores.