En cuestiones de empleo, los números son tozudos. El modelo productivo imperante en la provincia, con preponderancia del sector servicios y la agricultura, provoca que los datos relativos al paro fluctúen hacia valores negativos o positivos de manera constante y previsible, dependiendo en parte de cómo evolucionen cada uno de dichos sectores. De este modo, la estadística más reciente apunta a que el adelanto del final de la cosecha de aceituna ha provocado un importante incremento del paro en Córdoba durante febrero, con 1.963 nuevas personas sin empleo. Este incremento, que es la segunda mayor subida de España tras Jaén, se produce por el fuerte peso que tiene la actividad agraria en los meses de invierno en el mercado laboral.

La crisis económica de la última década ha venido a agravar la situación. «Los últimos años han sido terribles en la provincia», indica Manuel Torralba, responsable de Formación y Empleo de UGT, quien señala que en 2008 «teníamos un nivel de paro del 20% y ahora estamos aproximadamente en el 28%, con picos del 38% en los años intermedios de la crisis». A su juicio, «se han perdido puestos de trabajo y se ha reducido la calidad del empleo, ya que los trabajos que nos dejan son precarios». En diez años, añade, «hemos retrocedido lo que se había ganado en mucho tiempo de lucha trabajadora». En la misma línea se pronuncia el secretario de Empleo y Comunicación de CCOO, Manuel Merino, quien señala que desde el inicio de la crisis económica «hemos vivido unos años muy negativos para el empleo en la provincia de Córdoba».

DATOS POSITIVOS / El mercado laboral cordobés cerró el 2017 con cifras positivas, que sitúan indicadores como el paro y la afiliación a la Seguridad Social en los niveles registrados al inicio de la crisis económica. De nuevo, ha sido la actividad de la agricultura y los servicios la que ha permitido que la provincia finalice el ejercicio con 70.798 desempleados. Habría que remontarse a febrero del 2009 para encontrar un dato más bajo, por lo que se trata del mejor resultado en ocho años. Manuel Merino insiste en que, «aunque los datos nos dicen en ocasiones que se genera empleo, éste no tiene calidad y es a tiempo parcial, por lo que, aunque las estadísticas suben, la masa salarial no crece». El responsable de CCOO indica que de los puestos de trabajo que se crean, solo el 3,5% son contratos fijos o indefinidos. «El resto son empleos eventuales, y no hay que olvidar que la inmensa mayoría de ellos son para las mujeres».

Según los sindicatos, la temporalidad y la precariedad que caracterizan el empleo en Córdoba deben ser motivos suficientes para que las administraciones diseñen y ejecuten actuaciones urgentes que ayuden a que el mercado laboral tenga una mayor estabilidad y dependa menos de los vaivenes de las campañas puntuales, ya sea en el campo, en el comercio o en la hostelería. Sin medidas que permitan cambiar el modelo productivo, sin olvidar algo que las organizaciones sindicales creen necesario, como es la derogación de las dos reformas laborales, «no se podrá mejorar la situación del empleo en Córdoba». «Con estas reformas laborales no podemos avanzar», comenta Manuel Torralba, al tiempo que hace hincapié en que hay que apostar por la industria. «Nadie apuesta por el empleo industrial y en la provincia seguimos sin empresas manufactureras». Por el momento, añade, «no se han dado pasos que nos hagan ser optimista de cara al desarrollo del mercado laboral». Manuel Merino, de CCOO, incide en que hay que derogar la reforma laboral «que tanto daño ha hecho al trabajador» y también «reactivar la negociación colectiva».

Según los datos de la Encuesta de Población Activa de finales del pasado año, la provincia de Córdoba tiene la tasa de paro más alta de todo el país, concretamente del 30,21%. Atendiendo a la división por sexos, el paro sacude de nuevo a las mujeres, ya que la tasa de paro femenino se dispara hasta el 35,64% en la provincia, mientras que la de los hombres llega al 25,92%. Hasta llegar aquí, Córdoba ha registrado un conjunto de causas que pueden ayudar a explicar esta cifra tan alarmante de desempleo y, sin duda, el goteo de pérdida de industrias se presenta como la principal causa. En los últimos diez años, tal y como recoge el Instituto Nacional de Estadística, el número de fábricas en la provincia de Córdoba se ha reducido un 34%, pasando de 7.421 a 4.889.

El autoempleo ha sido una de las recetas más escuchadas durante los años de la crisis económica por quienes deseaban salir del paro y, de acuerdo con los datos facilitados por el Servicio Público de Empleo Estatal, el consejo no ha caído en saco roto, porque un buen número de cordobeses ha optado por esta posibilidad para encontrar su hueco en el mercado. Las cifras apuntan que 14.016 parados han capitalizado su prestación económica desde el 2007 hasta finales del pasado año para darse de alta en la Seguridad Social como trabajador autónomo o constituir o formar parte de cooperativas o sociedades laborales, aunque hay que destacar que, en más del 90% de los casos, estos emprendedores han apostado por ser trabajadores por cuenta propia.