Los trabajadores municipales de la oficina de atención ciudadana del Ayuntamiento de Córdoba están desbordados. Los cordobeses que van a la sede de Gran Capitán a hacer cualquier trámite esperan una media de dos horas y soportan colas interminables para ser atendidos. Del otro lado están los funcionarios, que deben dar respuesta a una media diaria de 700 personas y que no levantan la cabeza en toda su jornada laboral. «Estamos trabajando en condiciones extremas que se manifiestan en malestar físico y emocional, pues ni como trabajadores merecemos esta situación ni tampoco la ciudadanía», indican estos funcionarios en un comunicado, en el que no descartan tomar «medidas legales» si su situación no mejora. «Somos la cara del Ayuntamiento, pero somos el culo para cuestiones de personal», añaden. El atasco de este servicio afecta a unos 500 trámites municipales, que van desde simples registros a cambios del padrón, bodas civiles o a la comunicación de las multas.

La situación se viene arrastrando desde el pasado mes de noviembre, cuando la salida de 32 auxiliares administrativos, que no aprobaron las oposiciones (o bien algunos las aprobaron pero sin plaza), obligó a formar a contrarreloj al personal que se incorporó a esos puestos de informadores-gestores. En la oficina de Gran Capitán, se ha pasado de tener 18 trabajadores a ocho empleados, de ellos solo están trabajando actualmente seis porque dos están de baja y no se han cubierto las plazas. Los trabajadores echan la culpa de esta situación también a la apuesta del gobierno municipal por la descentralización de servicios a ocho centros cívicos: Fuensanta, Levante, Poniente Sur, Higuerón, Alcolea, Arrabal del Sur, Norte y Moreras. «Se han puesto en marcha los centros cívicos a costa del personal de Gran Capitán», critican.

El concejal de Gestión, Antonio Rojas, que ayer no respondió a este periódico, ha reconocido en varias ocasiones que la ampliación de la atención ciudadana a los centros cívicos ha sido posible gracias «al compromiso, dedicación y profesionalidad de las personas que integran la plantilla de la oficina de atención ciudadana del Ayuntamiento».

Lo que tampoco termina de hacerse realidad es el traslado de la oficina tributaria municipal a Gran Capitán, pese a que la teniente de alcalde de Hacienda, Alba Doblas, avanzó hace un año que iba a hacerse en verano.

La atención al contribuyente se sigue prestando en la segunda planta de Capitulares, porque todavía no se ha hecho la adscripción definitiva del personal del área. Para que eso ocurra tienen que ponerse de acuerdo las delegaciones de Gestión (en manos del PSOE) y la de Hacienda (que lleva IU), lo que parece complicar aún más el trámite.

LA PUNTA DEL ICEBERG // La oficina de atención ciudadana es la punta del iceberg del Ayuntamiento, lo que se ve y afecta de manera directa al ciudadano, pero la falta de personal no se limita a este área. El pasado verano, quedó de manifiesto la necesidad de trabajadores que tienen tanto la Policía Local como los Bomberos. Una situación a la que se ha llegado, según denunciaron entonces los sindicatos, tanto por las restricciones estatales para la contratación, como por la acumulación de jubilaciones en los últimos años o la falta de previsión para cubrir esas vacantes. La alcaldesa, Isabel Ambrosio, pidió en agosto al Gobierno central «sensiblidad», a través de una carta dirigida al presidente, Mariano Rajoy, en la que le solicitaba que se pusiera en marcha un plan de choque que permita a las entidades locales incrementar el número de agentes. El PP, por su parte, contrarrestó diciendo que las tasas de reposición de la Policía Local se han elevado al 100%.