TRAYECTORIA // CATEDRÁTICO DE ECONOMÍA DE LA EMPRESA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA, ES FUNDADOR DE ANALISTAS FINANCIEROS INTERNACIONALES. AYER PARTICIPÓ EN EL FORO DIÁLOGOS CÓRDOBA, CON LA CONFERENCIA 'CONDICIONES PARA LA RECUPERACIÓN DE LA EUROZONA Y LA ECONOMÍA ESPAÑOLA'.

-¿En qué situación se encuentra la economía española?

-La situación financiera ha mejorado desde septiembre, en particular la deuda pública en la eurozona, pero no ha desaparecido la vulnerabilidad pues el cuadro económico que sigue caracterizando a las economías del continente es el de una pronunciada recesión. Es muy importante que en Europa se arbitren mecanismos de estímulo a la demanda. Aun cuando el clima financiero estuviera suavizado, mientras no haya crecimientos en la demanda, seguirá persistiendo la vulnerabilidad financiera, en particular a través de sistemas bancarios que, aunque estén sanos hoy, se pueden ver erosionados como consecuencia de la ausencia de crecimiento económico. Por el bien de la eurozona, de la continuidad de la moneda única, es absolutamente necesario que se arbitren mecanismos comunitarios de estímulo.

-¿Estamos ya en el final de la crisis económica?

-Estamos tocando fondo. Llegar al suelo no quiere decir que vayamos a salir del pozo a un ritmo suficiente. Creo que nos va a tocar estar en una situación de muy bajo crecimiento y muy escasa creación de empleo demasiado tiempo a no ser que haya un cambio muy significativo en la orientación de las políticas.

-¿El paro es la principal consecuencia de esta crisis?

-Sin duda, es la principal consecuencia del impacto de la economía real de la crisis financiera. En algunas economías es la denuncia de la desigual asunción de costes de esta crisis, porque quien no la originó es el que está pagando sus principales consecuencias. No sólo las cifras del paro, en general, sino el componente del paro estructural, de ese paro enquistado que va a tener una larga duración.

-A propósito de esta idea que comenta, ¿se ha olvidado la política comunitaria del aspecto social?

-Sí. Claramente se ha priorizado el retorno a los equilibrios, se ha priorizado el saneamiento de las finanzas públicas de forma muy concentrada en el tiempo, muy apresurada, y qué duda cabe, se ha subordinado claramente el impacto social, no sólo de la crisis a través del paro, sino también el impacto de las decisiones de política económica.

-¿Qué le parece la propuesta de reforma de las pensiones?

-Hay que asumir que mientras la economía española siga con un crecimiento muy bajo y con dificultades serias para crear empleo a un ritmo suficiente eso va a dañar el sistema público de pensiones y hay que reformarlo porque es preferible ahora reducir la cuantía de algunas pensiones que no enfrentarnos a un serio problema a medio plazo de insuficiencia financiera. La pretensión de reforma me parece sensata, incluso la disposición de un factor de sostenibilidad como el que se ha enunciado, pero añadiría que lo que hay que hacer es garantizar que las pensiones más bajas no pierdan valor adquisitivo. Soy partidario de aplicar ese factor de sostenibilidad, pero aplicándolo a las pensiones más elevadas.

-¿Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades? ¿Somos todos culpables de esta situación como dicen algunos?

-No todos somos culpables, unos más que otros. Lo que sí es verdad es que se creó un cierto espejismo acerca de la continuidad de las condiciones favorables en dos mercados que son esenciales: el mercado inmobiliario y el financiero. Creíamos que los precios de los activos inmobiliarios no se iban a desplomar y se creía que la situación de bonanza crediticia iba a continuar. Qué duda cabe que unos han vivido por encima de sus posibilidades más que otros.

-¿Tienen sitio en la economía actual las cajas de ahorro?

-La desaparición de las cajas ha sido una decisión excesivamente simplificadora. Una cosa es que haya habido cajas con mala gestión y otras con excelente gestión. Han dado rentabilidad y eficiencia equivalente a la de los mejores bancos. No se puede simplificar. Las autoridades al hacer desaparecer las cajas han creado otro problema adicional, que es que el sistema bancario a partir de ahora será mucho menos competitivo, más concentrado, menos inclusivo y la capacidad de negociación de las pymes será algo menor. Esta crisis no ha invalidado el modelo de cajas, lo que sí ha desvelado es la mala gestión no sólo en cajas, sino también en bancos.

-¿Tiene algún mensaje optimista?

-La economía española tienen unos mimbres muchos mejores que hace 10-15 años. Sus empresas están poniendo de manifiesto que saben hacer de la necesidad virtud y buscarse mercados de exportación con rapidez. La muy buena noticia es que tiene un sector exterior saneado. A poco que se abonara la economía con estímulos a la demanda, que permitieran reducir el endeudamiento, estaríamos con una economía ciertamente competitiva.