La Asociación Cordobesa del Déficit de Atención e Hiperactividad (Acodah) ha cumplido 10 años de atención a las familias de niños y mayores que presentan este trastorno. Al frente de la misma está Carmen Pedrera, que es ejemplo de la lucha que cualquier familia mantiene para lograr que su hijo o hija con hiperactividad y/o déficit de atención pueda llevar una vida lo más normal posible. Carmen tiene 2 hijos, uno de 17 años y otro de 13, y el primero presenta diagnóstico de hiperactividad. "Desde pequeño dormía 10 minutos y parecía que fueran horas. Se movía mucho. En el colegio comenzó a tener comportamientos inapropiados. Tras idas y venidas al pediatra, al neuropediatra y a la Usmij, con 8 años le diagnosticaron TDH-A. Empezó a recibir terapia conductual y después una medicación para concentrarse, ya que también presenta déficit de atención", expone Pedrera.

"El cambio se notó y trabajaba más en el colegio. Pero el tratamiento farmacológico no es por sí solo la panacea, sino que debe combinarse con la coordinación entre los profesores, psicólogos y psicopedagogos que trabajan con nuestros hijos tanto en el centro educativo, como en las sesiones de terapia que suele recibir quien pueda costearlas de forma privada. Lamentablemente nuestros hijos no se benefician de la atención temprana que costea la Junta hasta los 6 años y en la mayoría de colegios donde estudian el TDH-A no se ve un problema para recibir refuerzo de pedagogía terapéutica o de otro tipo", denuncia la presidenta de Acodah.

El hijo de Carmen Pedrera no ha repetido hasta el momento ningún curso y está estudiando un ciclo formativo de grado medio. "Mi hijo se ha graduado en ESO por el esfuerzo que hemos hecho su familia para que pueda estudiar y gracias a los 9 años que lleva en tratamiento psicológico, psicopedagógico y farmacológico", resalta. Pedrera exige a las administraciones "mayor implicación en el abordaje del TDH-A, un problema que no es menor, sino que presentan miles de niños cordobeses. Deben existir centros donde nuestros hijos puedan recibir tratamiento con un coste acorde a la situación económica de cada familia; programas de inserción laboral que tengan en cuenta las particularidades de este colectivo y una mayor aceptación de esta alteración".