Catedrática de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad Pablo de Olavide y experta en igualdad de género, esta profesora sevillana de 49 años lleva poco más de un mes al frente de la Consejería de Conocimiento, Investigación y Universidad de la Junta de Andalucía, tras una remodelación en la que mantiene las competencias asignadas a Economía relativas a universidades, investigación y tecnología, junto a las de internacionalización de la economía, fomento del trabajo autónomo y del autoempleo y sobre emprendedores y economía social, lo que incluye organismos autónomos como la Agencia Andaluza de Promoción Exterior (Extenda) y Andalucía Emprende. Este pasado lunes tomó contacto por primera vez con la provincia de Córdoba, en una visita de orden interno, en la que presidió también el consejo rector de la agencia andaluza del Conocimiento.

-Acaba de ser nombrada también presidenta del Consejo de Administración de Extenda y es la primera vez que un miembro del consejo de gobierno la preside, ¿Qué significado tiene?

-Queríamos garantizar a toda la política de internacionalización, que se capitanea desde Extenda, pero es transversal a gran parte de los departamentos de la Junta, esa transversalidad, a nivel de consejera, y segundo, queríamos dar una visibilidad a una apuesta clave del Gobierno andaluz que es la internacionalización de la economía andaluza. ¿Y por qué no? De paso también que fuera una mujer la que presidiera por primera vez este agencia.

-Córdoba volvió a batir récord de exportaciones en el 2017, ¿cómo se pueden incrementar las de las pequeñas empresas?

-Extenda es una herramienta clave precisamente para las pequeñas y medianas empresas porque les permite, a través de los servicios que presta, ayudar en los planes de negocio, el diseño de la marca, etcétera. Es, pues, especialmente útil para esas pymes que no tienen esa escala suficiente como para poder competir en los mercados globales. Obviamente, en términos absolutos, las grandes empresas pueden estar liderando el volumen de la exportación, pero Extenda es más útil para la pequeña y mediana empresa y está cubriendo esa función muy bien.

¿Y cómo ve la situación en Córdoba?

-Córdoba lo que creo es que debe diversificar más lo que está exportando porque al final son sectores tradicionales, que tienen que ver con la minería o sus derivados o con la industria agroalimentaria, el aceite de oliva… y lo ideal es que hubiera diversificación con otros sectores, aunque eso no se cambia de un día para otro. Las sinergias que queremos desarrollar entre las dos patas de la Consejería, la parte de investigación y universidad y la parte empresarial, puede fortalecer la capacidad exportadora.

-Respecto a Andalucía Emprende, los datos dicen que las empresas apoyadas por los CADE tienen un 13% más de posibilidades de salir adelante...

-Estamos en la misma idea que con Extenda. Las políticas públicas tienen que entrar donde son especialmente útiles, cuando una empresa se está iniciando, en su consolidación, en su proceso de internacionalización… sobre todo en las pequeñas y medianas, que tienen que buscar una financiación, un plan de negocio, consolidar una marca, buscar mercados… ahí instrumentos como Andalucía Emprende o Extenda prestan estos servicios. Y en los CADE, es como cuando plantamos un olivito y le ponemos un cerquito alrededor para que cuando haya mucho viento no se lo lleve por delante y ya cuando esté fuerte se lo quitamos... y eso es lo que hace Andalucía Emprende en estos centros.

-Entrando en otra pata de su Consejería, la Universidad, ¿qué referencias tiene de la Universidad de Córdoba?

-Pues magníficas. Pues además de ser una universidad muy bien gestionada y tener la suerte de tener a la cabeza un rector que creo que tiene las ideas muy claras de a dónde quiere llevar la Universidad de Córdoba, despunta en investigación. Es una universidad con muy buenos equipos de investigación y con resultados dentro del conjunto de España muy buenos, sobre todo si se mide en términos per cápita. Obviamente, si la medimos sin este ajuste per cápita, las grandes universidades siempre van a ocupar los puestos de liderazgo. La UCO siempre está entre las primeras de Andalucía, si no la primera, en términos per cápita, y entre las primeras de España.

-El rector insiste siempre en un modelo de financiación que dé respuesta a la singularidad de cada universidad y Córdoba destaca en todos los ranking en investigación y rendimiento. ¿se llegará pronto a este modelo de financiación?

-Pues va a depender de la voluntad que tengan los rectores. Desde luego, por parte de la Consejería hay toda la voluntad de que se revise el modelo y se haga uno nuevo porque parece que el que tenemos está un poco agotado. Yo soy una ferviente defensora de modelos multilaterales, transparentes y claros. A mí, la lateralidad no me gusta nada, porque puede generar arbitrariedad, no es igual de transparente… pero las universidades andaluzas son muy distintas, son diez con características y tamaños muy distintos, con especialización muy diferenciada, con problemas distintos y, por tanto, a la hora de diseñar un modelo que contente a todas o que sea el menos malo para todas es complicado, pues hay que valorar indicadores que a unas va a favorecer y a otras no. Hablamos de universidades con 60.000 estudiantes y otras con 12.000, o que solo tienen estudiantes de posgrado, como la Internacional de Andalucía. Son realidades muy distintas, incluso algunas con plantillas muy envejecidas y otras no. Por tanto, poner de acuerdo a todas en un único modelo es complejo, pero no imposible. A mí, desde luego, me van a tener sentada hasta la extenuación para hacer un modelo nuevo.

-¿Pero dónde está el escollo más grave?

-El escollo está en que lo que quieren unos es muy diferente a lo que quieren otros, porque están en situaciones muy diferentes. Y otro escollo anterior a ese es la infrafinanciación que tiene Andalucía respecto al modelo nacional. Vamos a intentar liderar ese proceso desde la Consejería. Quizá no tengamos un modelo de financiación de aquí al inicio del curso próximo pero espero que nos pongamos ya a trabajar en ello. Quiero convocar a los rectores en breve, pues creo que el modelo actual está agotado y hay universidades que se sienten infrafinanciadas.

-Y respecto a los consejos sociales, ¿qué papel cree que deben de jugar?

-Los consejos sociales son muy necesarios porque son la ventana constante que tienen las universidades de interacción con la sociedad, también con el tejido productivo y empresarial. Realizan una labor muy importante que sin duda hay que apoyar.

-¿Ha tenido ya contacto con el rector de la UCO? ¿Le ha planteado alguna otra reivindicación?

-Hemos hablado porque nos hemos encontrado en dos o tres ocasiones ya, entre ellas su toma de posesión. Y está de acuerdo en esta idea que estamos lanzando de hacer un mapa de titulaciones o al menos un estudio de prospectiva, y también en hacer un mapa de investigación, y avanzar en la coordinación entre las universidades. Tenemos un sistema andaluz de universidades que si conseguimos que haya mayor cooperación y mayores sinergias, eso va a redundar en beneficio de cada una de ellas. Y el rector de Córdoba está de acuerdo en esta línea. Nosotros coincidimos los dos como vicerrectores de posgrado en el 2007 y el 2012 y fuimos dos de las personas que más trabajamos para que cooperaran las distintas universidades, en crear sinergias, en fomentar títulos conjuntos, sobre todo de másteres que nos ayudarían a usar mejor los recursos que tenemos. Y ahora, en posiciones distintas, de mayor responsabilidad ambos, creo que vamos a darle un empujón a esa idea que ya teníamos hace 11 años.

-Respecto al mapa de titulaciones, Córdoba ha solicitado cuatro para los próximos dos cursos, ¿hay posibilidades de seguir ampliando la oferta académica?

-Las universidades públicas andaluzas, si ponen en marcha nuevos grados, tienen que garantizar que no implica mayor coste. Normalmente, eso implica utilizar muy bien los recursos, a veces a través de titulaciones conjuntas, remodelación de grupos o que dejen de existir algunos grados y empiecen otros. Hay posibilidades siempre que haya una evaluación positiva por parte de la Agencia de Evaluación y Acreditación y no suponga un incremento presupuestario.

-La presidenta de la Junta anunció en la toma de posesión del rector que destinará este mes 165 millones a las universidades, ¿qué le corresponde a la UCO?

-La UCO recibirá 12.858.516 euros. Eso está distribuido en dos partes. Por un lado, para la financiación básica, de funcionamiento, que es lo que se lleva más. Y luego otra parte para proyectos más específicos para cada universidad. Y con el El Plan Andaluz de Investigación, Desarrollo e Innovación (Paidi) se ha dado un empujón a la financiación en investigación, que había retrocedido un poco, precisamente por el tapón que había supuesto la justificación de algunas ayudas antiguas. Además, la novedad este año del Paidi es que los fondos los van a gestionar las propias universidades, mientras que hasta ahora los gestionaba la Consejería. De esa manera, se avanza en la autonomía universitaria y que las propias universidades sean las que decidan, aun con evaluaciones externas y transparencia.

-En su primera comparecencia pública, anunció planes para aumentar las vocaciones científicas entre las niñas, ¿en qué sentido se concreta?

-Queremos hacer un plan integral, esto no se improvisa de un día para otro, pues hay que trabajar de la mano de la Consejería de Educación o de otros entes, como la televisión pública, en el fomento de las vocaciones en las niñas, pero también en la universidad y con la innovación en las empresas hay que crear programas para el fomento. Porque lo que sabemos es que las niñas, a partir de un momento determinado, dejan de interesarse por la ciencia y la tecnología y cuando entran en la carrera van perdiéndose, como una tubería que tiene escapes, que son las mujeres, y al final llegamos a una tubería pequeñita con muy poca savia, cuando el talento está repartido. Y es porque hay una socialización muy diferenciada entre niños y niñas y modelos escasos en los que las niñas puedan verse incentivadas. Y luego la carrera académica y científica es una carrera de fondo, una maratón, y cuando llegas, has ido perdiendo tanto por el camino que abandonas. Hay que diseñar programas específicos, porque además si conseguimos visibilizar la presencia de las mujeres que ya están en el ámbito científico, eso a su vez va a dar modelos para las niñas. Mi hija, con 7 años, ha estado en un campamento de robótica y era la única niña…

-Y el techo de cristal en las universidades, ¿cómo se puede romper?

-Ahí hay mucho que lidiar. La propia cultura de las universidades es masculina, androcéntrica, y machista. Masculina porque todavía la participación se corresponde con unos usos del tiempo que están diseñados para quienes no tienen responsabilidades de cuidados, porque ha habido siempre una mujer detrás, primero su madre y luego una esposa o compañera. Ese uso del tiempo, de la movilidad, de la libertad, es una horma que se corresponde a la experiencia histórica de los hombres. Al mismo tiempo, tenemos un modelo de conocimiento donde la experiencia y el conocimiento de los hombres se sigue asociando con lo universal; tenemos ciencias que son androcéntricas, y también comportamientos y actitudes tremendamente machistas, pues hemos tenido temas de acoso y violencia, como el que hubo en la Universidad de Sevilla. Ahí, quienes se tuvieron que ir de la universidad fueron las víctimas, eso no puede ser. En el nuevo decreto de títulos, una novedad es la bonificación a las personas que son víctimas de violencia, que se ha extendido a los hijos e hijas de las mujeres que son víctimas de violencia. En los contratos programa, por ejemplo, se pueden introducir indicadores que tengan que ver con la igualdad de género. Ahora mismo, hay un 20% de catedráticas, pero hace 10 años estábamos en un 12-13%. Se ha mejorado mucho porque se ha avanzado en procesos de selección y promoción más competitivos.

-Los másteres se están viendo afectados por cierto descrédito, debido a irregularidades ocurridas con algunos políticos, ¿cómo recuperar su prestigio?

-Yo, personalmente creo que en estos casos puntuales se ha buscado el descrédito de las universidades públicas porque así, de esa manera, se mantienen los de siempre, los primeros que hubo en las privadas, a las que no todo el mundo puede acceder. Entonces, quizá ha habido cierta intencionalidad. Yo he dirigido dos másteres universitarios y se hacen con mucha seriedad, con muchísima dedicación, con una gran calidad… A la gente se la evalúa, van a clase, hacen su trabajo fin de master, las universidades tienen registro de ellos… y si hay alguno que no funciona bien, o se modifica o se cierra, y que no se mire hacia otra parte.

-Se cumple un año de la bonificación de la matrícula de los alumnos, una gran apuesta de Susana Díaz, ¿qué balance hace?

-El balance es muy positivo y va a continuar esta bonificación, pero además, se aumenta. Había una demanda de la UNED para que también el alumnado andaluz pudiera acceder a esas ayudas. El Gobierno andaluz lo va a realizar siempre que ese alumnado esté empadronado en Andalucía. Y también se amplía a las titulaciones de arte, escénicas, que son estudios superiores. Es una medida estrella, que garantiza, al menos, que quien sea de una familia sin recursos, eso no le impida estudiar. Que el talento y el esfuerzo sean los que rijan. Es una medida que la van a imitar.