El Consejo de Ministros tiene ya sobre la mesa la petición impulsada por la hermandad de la Merced de Córdoba y la Prisión para institucionalizar anualmente la concesión de un indulto a un recluso de este centro penitenciario, todo ello en atención a la tradición que liga a la hermandad con la cárcel, a su labor social y colaboración histórica y a la propia ciudad.

La tramitación de la iniciativa, ya en su último paso, fue confirmada ayer por la directora de la Prisión de Córdoba, Yolanda González Pérez, instantes antes de iniciar en el auditorio del Jardín Botánico el acto central de la celebración en Córdoba del Día de las Instituciones Penitenciarias, con la asistencia de medio millar de participantes entre funcionarios de prisiones y autoridades de entidades relacionadas, encabezadas por el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado.

ACTO INSTITUCIONAL En el acto se hizo entrega de menciones honoríficas a cinco funcionarios del centro penitenciario en reconocimiento a su labor "en la gestión de conflictos", explicó Yolanda Pérez, así como placas conmemorativas a los funcionarios que este año cumplen un cuarto de siglo de servicio y de la Medalla de Bronce al Mérito Social Penitenciario a Carmen Escribano, terapeuta de la asociación Acali.

Capítulo aparte, los miembros de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), al igual que en el resto de España, no asistieron al acto en protesta por la política de recortes, como con la privatización de la vigilancia exterior de los centros o que no se cubran las plazas. "Es una pena", dijo Yolanda Gómez al respecto, lamentando que el CSIF no se sumara a la fiesta y al reconocimiento a los funcionarios de prisiones.

MISAS POR LA MERCED Previamente al acto central en el Jardín Botánico, escogido un año más por sus instalaciones y céntrica ubicación, La Merced también se celebró en el recinto penitenciario con una misa que presidió al principio de la jornada el obispo de la diócesis, Demetrio Fernández. El prelado también tuvo ayer un segundo encuentro religioso, en el Seminario Mayor, en el que aprovechó para dirigirse a los seminaristas al comienzo del curso y en el que Demetrio Fernández agradeció su dedicación a las hermanas Mecedarias de la Caridad, encargadas del mantenimiento y servicio del Seminario y la Casa Sacerdotal.