El Servicio de Otorrinolaringología del hospital Reina Sofía, centro en el que nacen prácticamente la mitad de los bebés cordobeses, diagnosticó en el año 2010 once casos de hipoacusia -pérdida de la capacidad auditiva- en distintos grados. Rafael Sánchez, otorrino de este servicio, explica que en el 2011 fueron detectados otros 4 casos y aún hay pendientes de confirmación varios más. En el resto de hospitales de la provincia (Montilla, Cabra y Pozoblanco) fueron diagnosticados 10 casos de hipoacusia en el 2010 y al menos otros 7 en el 2011. "La hipoacusia se cataloga como leve, moderada, grave y severa profunda. Los casos más leves no precisan tratamiento, pero para los moderados y severos existen los audífonos y los implantes cocleares (ver gráfico). Normalmente lo primero que se indica es el audífono para iniciar la estimulación precoz y se remite a los pacientes a los centros de atención temprana específicos que desarrollan las asociaciones cordobesas Aspas y Acpansbi para que allí reciban apoyo educativo y rehabilitación logopédica. Si con el audífono el paciente con hipoacusia no evoluciona bien o, en el caso de que la sordera sea bastante severa, lo habitual es que derivemos al menor desde Reina Sofía al centro de referencia para implantes cocleares, que en nuestro caso es el hospital Virgen Macarena de Sevilla, aunque también son atendidos algunos en el hospital San Cecilio de Granada", explica Rafael Sánchez.

La Asociación Provincial de Padres y Amigos de Niños Sordos (Aspas) calcula que en Córdoba hay unas 40 personas, la mayoría niños, que se han colocado en los últimos años implantes cocleares. En 1989 el Servicio Andaluz de Salud incorporó a su cartera de servicios el implante coclear y en el 2004 el diagnóstico precoz de la hipoacusia justo después de nacer.

El implante coclear es un dispositivo electrónico que transforma los sonidos en energía eléctrica generando una sensación auditiva en el individuo con sordera severa o profunda. Su función es proveer al paciente de una capacidad auditiva suficiente para integrarse al mundo sonoro y adquirir un nivel de lenguaje oral, con lo que dota al paciente de una nueva habilidad auditiva. Se estima que 5 de cada 1.000 recién nacidos presentará algún tipo de déficit auditivo, lo que equivale a que anualmente a unos 40 bebés cordobeses se le diagnosticará este problema de forma leve, moderada o grave en su primer año de vida.

El coordinador de Aspas, Juan Córdoba, resalta la importancia del programa de detección precoz de la hipoacusia, pues posibilita trabajar cuanto antes en la adquisición de lenguaje y en la integración del menor entre iguales. "Cuando no existía este programa normalmente eran los padres los que sospechaban que su hijo tenía algún problema de oído y perdían mucho tiempo visitando a distintos especialistas hasta que se confirmaba el diagnóstico. Ahora, si en la prueba inicial de detección de la sordera se ve algún problema, se repite de nuevo el estudio al poco tiempo. Y si vuelve a indicar déficit auditivo se somete al paciente a la prueba de los potenciales evocados auditivos, que suele confirmar si estamos ante una sordera leve o más profunda", apunta Juan Córdoba.

Años de experiencia

En la sede de Aspas, en la plaza de la Magdalena, 3, se lleva a cabo tanto atención temprana (hasta los 6 años), como programas de rehabilitación logopédica y auditiva (para que adquieran más vocabulario y mejoren la compresión lectora y el habla), así como apoyo curricular (para reforzar las materias que más les cuestan en el colegio). Aspas fue fundada en 1976, por iniciativa de un grupo de padres y profesionales de la enseñanza, y cuenta con unos 250 socios.

Angel Parejo es uno de los muchos alumnos de Aspas. Tiene 18 meses y sus padres lo llevan a diario a Aspas para que reciba rehabilitación logopédica y auditiva. Este menor sufre desde que nació el Síndrome de Waardenburg, un raro trastorno genético asociado a sordera. En enero le pusieron en el hospital San Cecilio de Granada un implante coclear y "ese día Angel volvió a nacer", señala su padre. "Al principio, cuando empezó a escuchar sonidos lloraba asustado, pero ahora incluso nos pide que se lo coloquemos y hace palmas al notar que está oyendo. Nuestra esperanza es que ahora poco a poco empiece a despuntar con el lenguaje y que progresivamente vaya avanzando", señala el padre de este pequeño, que ha notado un cambio muy positivo en su hijo desde que cuenta con este dispositivo y recibe atención temprana específica en Aspas. Por su parte, Gema, la madre de este niño se muestra a su vez satisfecha de la evolución de su pequeño, después de la última revisión médica que le han hecho en el hospital San Cecilio de Granada.