-Hace año y medio me dijo que siempre estaría dispuesto a comprar el Córdoba CF. ¿Por qué ese empeño?

-En aquella entrevista recuerdo que le dije que iba a luchar por el Córdoba estuviese donde estuviese: en Primera, Segunda, Segunda B o Tercera. Entre otras cosas, porque mi experiencia en el Sevilla fue absolutamente profesional y me prometí que, si en algún momento volvía al mundo del fútbol, solamente sería en mi club, en el Córdoba. Por lo tanto, no es hoy, sino también en el futuro: no estaré en ningún club que no sea el Córdoba.

-¿Cómo se compra un club de fútbol sin tener prácticamente ningún papel?

-Pues se compra siendo valiente. Y queriéndolo hacer. Entiendo que con este club, por las singularidades que lo rodeaban, no había otra forma de hacer la operación. O era así o no se compraba. Evidentemente, eso tenía un espíritu detrás, que era la rapidez de la operación, que luego con el paso de los días se ha visto mermada por otras circunstancias diferentes. Pero dada la situación del equipo, el momento y dada la propiedad que había, en aquel momento se pensó que lo mejor era comprarlo en esas circunstancias. Porque lo deportivo apremiaba sobre el resto y veíamos al equipo, a mi equipo, en una situación peligrosa, deportivamente hablando, y eso conllevó a tomar la decisión de comprar en esas circunstancias. De haber sabido que esas circunstancias se han dado finalmente, probablemente al inicio el planteamiento hubiera sido diferente. O no. Porque las cosas que han pasado han ocurrido como tenían que haber pasado. Dadas la particularidades de las partes.

-Repite lo de valiente, lema desde su llegada. ¿Qué diferencia hay entre valentía y temeridad?

-Hombre... Hay una cosa que me tranquiliza mucho en la operación. El sistema de control económico que tiene la LFP me hacía pensar que el club, desde un punto de vista de gestión económica, es una garantía por los procedimientos que la propia LFP tiene implantados a operaciones como esta. Sin ver las tripas del club, pues te hace sentir relativamente seguro a la hora de tomar esa decisión.

-¿Y ahora que ha visto las tripas con los auditores que desembarcaron al llegar usted?

-No, yo las tripas no las he visto todavía, porque las tripas no se ven en dos días. Lo que he hecho con mi gente es tomar la información de cada departamento para que rápidamente -dado el tiempo en el que estamos, siempre en lo deportivo, no tengo tiempo como hubiera actuado con normalidad- sentarme con cada departamento y sacar mis propias conclusiones. Como el tiempo apremiaba, he sentado a cada una de las personas de mi confianza en cada departamento para que me informara de la situación de ese departamento. Por lo tanto, aún no tengo conocimiento de las tripas. En una empresa como esta, si lo hubiéramos hecho con la debida antelación, entiendo que una due dilligence de una empresa de estas conlleva al menos 30 días. Esos 30 días no han pasado, pero los días que hemos tenido el trabajo lo hemos centrado en lo deportivo exclusivamente, conformar la reconfiguración de la plantilla que a día de hoy hay y, por lo tanto, ahora ya de forma sosegada nos pondremos a mirar todo eso.

-Tras la venta fallida del 10 de enero, se avino a sus exigencias y los dos mostraron su postura en estas páginas. ¿Cuál es la relación real con Luis Oliver? ¿Es su empleado, como él dijo?

-Claro que es así, no puede ser de otra forma. Luis es amigo mío y para mí era una pieza fundamental en esta operación. Creo que, en lo deportivo, todas sus referencias son excelentes y me tenía que acompañar en este proyecto, inevitablemente. Por lo tanto, es una persona extraordinaria para los que le conocen y, a los que no, les invito a que pase el tiempo.

-Le pregunto porque le pregunté a él sobre su pasado y me respondió que no se come a los niños.

-Desde luego. Él es empleado del club. Tiene un contrato de gestión deportiva con una duración de cinco años y con unos premios en función de los objetivos conseguidos. Un contrato normal y corriente. Evidentemente, en la parte deportiva me apoyo mucho en su opinión, pero la última palabra la tengo yo. Porque el club lo he comprado yo al cien por cien.

-Hasta ahora le hemos visto a usted, a Oliver y un poco a Joaquín Zulategui, pero ¿quiénes forman parte del resto de su equipo? ¿Habrá un director general, por ejemplo, que ejerza como mano derecha suya en la gestión del club?

-Ahora mismo, como el único objetivo es la salvación, lo que toca es que los que estamos lo hagamos remangados en el trabajo. Por lo tanto, la configuración de la estructura definitiva se irá realizando conforme avance la temporada y obtengamos los resultados que esperamos. Como en cualquier empresa, se irán configurando los departamentos. Hemos encontrado personas válidas dentro del equipo anterior, por lo que seguirán con nosotros siempre que sean felices, que sonrían y que estén al doscientos por cien. Y los que no reúnan esos requisitos no tienen sitio en el club. A medida que vayamos avanzando iremos configurando una estructura de club en función de los resultados que vayamos obteniendo. Como el objetivo es estar la próxima temporada en Segunda, evidentemente iremos modelando el club. Hay gente que se va incorporando poco a poco e iré dotando, en función del organigrama y estructura departamental que tengo en la cabeza, y repartiendo las tareas en función de la gente. Tenemos que conocer a la gente que hay en el club, cómo avanza todo y sin nada de prisa, de forma natural. El que esté con una entrega absoluta pues continuará y el que no...

-Entrando en el apartado de infraestructuras, en concreto, sobre la ciudad deportiva, ¿cuál es la situación con Tremon?

-La situación es que para el Córdoba, lo he dicho en muchas ocasiones, que el único objetivo es la salvación. Pero no podemos dejar de lado que es evidente que existen unos asuntos colaterales al objetivo de la salvación que se irán tratando en su momento. En caso de mantener la categoría, el Córdoba ha de tener una ciudad deportiva acorde a lo que nosotros entendemos en el corto, medio y largo plazo: el Córdoba debe tener su ciudad deportiva. Yo no sé muy bien dónde. Tampoco pongo grandes objeciones a eso, solo que desde el punto de vista técnico el emplazamiento sea apto para la colocación de una ciudad deportiva. En cuanto a Tremon, tenemos que estar ahí y que esto quede tranquilo mientras se vaya avanzando y lleguen los resultados. ¿A partir de ahí? En junio hablaremos y trataremos ese asunto en función del objetivo a alcanzar.

-En el emplazamiento de esa ciudad deportiva, ¿lo que le venga bien al Ayuntamiento le puede venir bien al Córdoba?

-Pues sí, ¿por qué no? Siempre que se cumplan todos los requisitos urbanísticos, deportivos y técnicos. Yo lo que quiero es que el Córdoba tenga una ciudad deportiva como se merece y la necesaria para llevar al club donde creemos que debe estar.

-Otra infraestructura es la de El Arcángel que, por cierto, han tenido hasta que limpiarlo.

-Es que estaba sucio.

-¿Qué hay del contrato de cesión y explotación si hubiera lugar?

-En mi reunión con el Ayuntamiento y con el resto de los grupos políticos con los que he tratado el asunto he expresado que es un tema igual que el de la ciudad deportiva. Creo que se debe tratar y que las partes deben empezar a tratar como si nada de lo anterior hubiera existido. Por lo tanto, hay que empezar a trabajarlo, de forma que las dos partes estén cómodas y cubiertas en el caso de que sea necesario estar cubierto por algo. Es un tema que hay que tratar, pero igual que lo de la ciudad deportiva. Las cosas deberían estar normalizadas, reguladas y, a partir de ahí, pues que todo el mundo esté tranquilo en sus obligaciones.

-¿Entiende, como los concursales en su momento, que El Arcángel debe ser aprovechado tanto por la ciudad como por el propio club para algo más que el fútbol, que tenga su explotación?

-Como estadio, como explotación del estadio, la verdad es que se me hace difícil llegar a encontrar otros usos diferentes mientras esté el Córdoba. En cuanto a los edificios anexos, siempre que que se contribuya positivamente a darle vida a aquella zona, al propio estadio, creo que son bienvenidos.

-Como el tema de la preferencia y su fachada exterior.

-Está fea, ¡eh! Tampoco es momento para eso. No me salgo de mi obsesión. Soy una persona, por mi formación, muy matemático, muy cartesiano y la salvación es el objetivo. Pero es verdad, evidentemente. Hay momentos en los que uno sueña y espero que sea realidad también que Córdoba, en el momento en el que el Córdoba esté donde creemos que se merece, tenga un estadio moderno, acorde a esa circunstancia. Por esa parte, queremos que el estadio esté adaptado a los nuevos estadios que uno ve por ahí. Y remodelaciones que se están haciendo. Está claro que la visualización del estadio no es muy agradable. Pero bueno, todo vendrá a su tiempo.

-¿Existe posibilidad de un regreso de Carlos González?

-Pues mira, es imposible. Es imposible por una razón muy sencilla: es verdad que yo he comprado estableciendo unas formas de pago y el que vende se intenta guardar o tener las máximas garantías posibles. Como mi intención es pagar, esté donde esté el club, por mi cabeza no pasa ni de cerca ni de lejos, no Carlos González, sino al que hubiera vendido, que regrese. Yo he comprado para llevar el club primero a salvarlo y luego a lo máximo que yo pueda. Pero esto es como cuando compras una casa a plazos. Evidentemente, el que la vende dice que «si no me la pagas, me devuelves la casa». Pues esto es lo mismo, pero el que la compra tiene interés en quedársela. Si yo he dado este paso en las circunstancias en las que lo he hecho, avalando personalmente con todo lo que yo tengo, mi patrimonio, mis empresas, todo, evidentemente es una garantía que él tiene. Pero antes de que eso se pudiera dar es imposible, porque yo he adquirido un compromiso que voy a atender.

-¿Aún se pregunta por qué Carlos González le vendió el club a usted?

-Yo me llevo bien con Carlos y creo que hemos mantenido una relación... cercana.

-Y algo extraña.

-Bueno, yo no sé si es extraña o no. Me he llevado bien con él.

-Digo extraña porque parecía una relación de amor-odio, sobre todo en ese último mes antes de la venta definitiva.

-Pero bueno, creo que, independientemente de que unos mantengan amistad o no, cada uno debe tener su visión. Y dentro de eso nos hemos respetado cada uno, defiendiendo nuestros propios intereses con respeto hacia la otra parte. Evidentemente, hay un cierto resquemor en el momento en el que él saca a Luis (Oliver) de la operación y también digo una cosa: si Luis no hubiera sido Luis, la operación no se hubiera producido. Porque Luis ha asumido su papel. Evidentemente, él estaba aquí antes como socio y luego sin serlo para abarcar el área deportiva. Porque soy yo el que lo llamo para que me acompañe en esta aventura. Necesitaba a alguien como Luis en la operación por el tema deportivo y por que reforzara mi posición en esa área. Y él, cuando saca a Luis de la operación, se busca una solución en la que Luis se encuentre cómodo y todo el mundo quede contento.

-Hablemos de fútbol. Oliver dijo que había una «pequeña» posibilidad de descender y transmitió que en el club no se contempla la opción de descender.

-No.

-¿A pesar de estar a 10 puntos de la salvación?

-Evidentemente, aquí lo mismo que antes, quizás por la mentalidad, mientras haya matemáticas para mí hay salvación. De hecho, el otro día publicábais vosotros un caso, el del Girona, en el que se produjo. Por lo tanto, nosotros hemos hecho todos los esfuerzos posibles e imposibles por darle un aire nuevo al club. Primero, por las carencias deportivas que entendíamos que había, y segundo, por darle ese otro aire. Entonces hemos conformado, dentro de las limitaciones que hemos tenido, la mejor opción en un tiempo récord. No pienso en otra cosa que en la salvación. Hasta el día en el que sea imposible salvarse matemáticamente seguiré pensando que es posible salvarse.

-¿Pero habrá un plan o una idea en caso de que esto no se produzca?

-No estoy pensando en ese plan. Lo pensaré el día en el que esté descendido. Mientras tanto, pensaré en la salvación.

-Para ello será fundamental volver a atraer gente a El Arcángel, como el otro día ante el Barcelona B.

-Pues sí. En cuanto a la afición, para nosotros es fundamental para ganar la mitad de los partidos. Está claro que para nosotros la afición es vital. Vamos a hacer grandísimos esfuerzos y, evidentemente, los resultados tienen que llegar para motivar esa ilusión. Pero también haremos ver que es necesaria su presencia para conseguir el objetivo. Lo dije el primer día: he dado el primer paso de comprar, pero sin la ayuda de todos yo no consigo esto. Puedo empujar, pero la afición tiene que estar. Y, si no está la afición, será mucho más difícil lograr la salvación.

-Ayudaría saber si algún jugador ha apoyado en el tema del seguro de permanencia.

-Mira, no tengo los datos. Cuando los tenga, lo diré. Pero, si yo he confiado en hacer un seguro por la permanencia, es un elemento motivador para todos de que lo vamos a conseguir. Cuando los tenga, lo diré. Pero es como el tema de la exigencia a los trabajadores del club que decía antes, de estar al doscientos por cien. No voy a exigir a nadie que suscriba el seguro o que participe, pero para mí será un índice de involucración en lograr el objetivo y en confianza que tienen en conseguirlo.

-Pero se sabe que alguno ya lo ha hecho, ya ha participado.

-Sí, sí. Hay varios (ríe).

-También tengo que preguntarle sobre la polémica surgida a raíz de lo que comentó Oliver sobre la rescisión de Luis Carrión y que éste saliera a algunos medios a contestarle.

-Lo único que puedo decirle es que Luis Miguel Carrión es exentrenador de la presente temporada y que el equipo está en puestos de descenso. Pero, con otra cosa importante: en líneas generales, no permito ni que los integrantes del club ni el cordobesismo en general sea insultado, sobre todo gente de mi equipo. Y menos, cuando se puede acreditar documentalmente, como en este caso, la afirmación de Luis. Normalmente, Luis siempre que dice algo es porque se puede acreditar.

-¿Cree que se van a dar más salidas de empleados que estaban con la anterior propiedad?

-Sí. Creo que es normal. Como he dicho al principio, los que entendamos nosotros que son partícipes de la situación que hay actualmente y que no son capaces de reconvertirse rápidamente a nuestro modelo, tendrán que salir.

-¿Por qué esa configuración de consejo y de fundación?

-Me llama la atención una cosa: que cuesta configurar el consejo. Creí que me iba a costar menos. De hecho, cuando Antonio Romero está ahí es porque mi relación personal es muy anterior a la operación de compra y conoce el club, por lo que creo que tiene una posición bastante valorable dentro del consejo. Y en cuanto a la fundación, Diego Medina está en el consejo y, en charlas con él, he entendido que tenía cierto conocimiento de la fundación por su etapa anterior, pero tampoco... He dejado un poquito en sus manos la decisión de otros nombramientos de patronos. Mi mujer es la presidenta y lo que quiero es que ella vaya viendo y que se monten proyectos de verdadero calado social y que todos los integrantes participen en eso. A partir de ahí, no hay mucho más que reseñar.

-El cambio en El Arcángel fue notorio en los últimos partidos, también en las caras habituales en el palco en los últimos años.

-El palco del Córdoba es abierto y absolutamente todos han sido invitados desde que llegamos nosotros. Quien no ha ido es porque no ha querido. O no ha podido. Pero todos han sido invitados, sin excepciones.

-Antes explicó que el contrato con Oliver es de cinco años. ¿El proyecto tiene ese límite?

-Yo no me planteo un límite. El límite ahora mismo es duro decirlo, por la situación actual, pero no veo el fin. Si me tuviera que poner algún final diría que cuando clasifique al Córdoba para la Europa League. Ahí me voy.

-Le veo con bastante empuje y mucho optimismo.

-Evidentemente. Sobre todo porque estamos en un bache en el que no estamos para hablar de Europa League, ni mucho menos, pero el paso dado tiene que llevar detrás algo de ilusión, porque, si no, es imposible darlo. Si detrás de todo esto no le ponemos algo de ilusión en el futuro es difícil... Nada. No contemplamos bajar. Si bajamos, subiremos rápido. Y nos vamos a dejar la piel para subir rápido. Debemos ser firmes en eso. Y si subimos rápido, buscaremos subir a Primera y subir a Primera para quedarnos. Y si estamos en Primera para quedarnos, los objetivos irán cambiando y nos propondremos metas más altas. Evidentemente, bajar para luego subir es importante que lo evitemos en la medida de lo posible porque antes llegaremos a Primera.

-¿Cómo ha soñado esa salvación? ¿Ante el Sporting en la última jornada?

-Prefiero no imaginármelo (ríe). Prefiero imaginarme ganando los próximos nueve partidos y luego ya veremos. Pero con el Sporting no me lo imagino. Si me lo tengo que imaginar, y lo tengo que vivir, pues lo viviré y, si se da el caso y es la única vía para la salvación, estaremos fuertes para aguantarlo.

-¿Y cómo estará El Arcángel?

-A rebosar.

-Algo que quiera compartir sobre sus primeros días como presidente del Córdoba.

-Un mensaje de ayuda, de gratitud a la afición por su asistencia el otro día, a las instituciones, a los medios, a todos, por esta labor de reencontrarnos de nuevo y que todos somos partícipes de poner su granito de arena para obtener el objetivo de este año. Sorprendido y también emocionado por partidos como el último, en donde se ve que hay respuesta en la afición y que necesitamos que todos estén ahí.