La pancreatitis aguda es una inflamación aguda del páncreas que provoca un dolor abdominal intenso a nivel de la boca del estómago y espalda, acompañado de náuseas y vómitos. En los países desarrollados la litiasis biliar (las conocidas piedras en vesícula y conductos de la bilis) y el consumo abusivo de alcohol son responsables de casi el 80% de los episodios de pancreatitis que se registran.

Generalmente el cuadro es leve, pero un 20% de los pacientes sufre un daño grave, y de éstos, un 15% o un 25% fallecerán. Preocupado por este importante problema de salud, el especialista en Aparato Digestivo José Luis Domínguez demostró en su tesis doctoral, tras trabajar con cien pacientes, que una prohormona, llamada procalcitonina, actúa no solo como marcador precoz de la respuesta inflamatoria sistémica, sino también de la pancreatitis aguda grave. Para llegar a esta conclusión, estudió a 101 pacientes con esta enfermedad ingresados en el hospital reina Sofía.

Domínguez fue distinguido este verano con el premio al mejor expediente MIR, galardón con el que se tuvo en cuenta también el esfuerzo destinado a la tesis. Señala el trabajo de este especialista que si la procalcitonina y otro elemento, la proteína C reactiva, presentan marcadores negativos, el paciente tendrá una probabilidad muy pequeña de padecer una pancreatitis aguda grave. Sin embargo, si ambos son positivos, hasta un 78% de los enfermos se enfrentará a una pancreatitis aguda de curso grave.

José Luis Domínguez apunta que al predecir qué pacientes tienen más probabilidad de sufrir la versión más grave de la pancreatitis aguda "podemos instaurar medidas terapéuticas más agresivas que prevengan el fallo sistémico (fracaso de los pulmones, riñones, corazón) y algunas complicaciones locales (infección del páncreas)". A pesar del avance que ha supuesto este estudio, este especialista cree que queda mucho por aprender de la enfermedad, ya que no existe un tratamiento específico con efectividad probada. "En la actualidad, lo único que podemos hacer es controlar las complicaciones y evitar en algunos casos que se repita", añade.

Esta tesis doctoral fue el fruto de tres años de trabajo, que este médico tuvo que compaginar con el programa de formación MIR en su especialidad. Los coordinadores del trabajo fueron Antonio Naranjo, coordinador de endoscopias del Reina Sofía, y Manuel de la Mata, responsable de la Unidad de Hepatología, pero también contó con el apoyo inestimable del doctor José Luis Montero.