De la sequía a un año húmedo tras dos meses en los que se han registrado 265,9 litros por metro cuadrado. Solo hay que ir al campo para ver el cambio que se ha producido en la vegetación desde inicios de marzo hasta final de abril o analizar la evolución de los embalses desde la última semana de febrero hasta finales de febrero. «Ha habido un cambio de ritmo, de un gran déficit a estar por encima de los valores normales», asegura Luis Fernando López Cotín, delegado territorial en Andalucía de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). López Cotín remarca que en Córdoba hubo «meses de una sequía extrema», como sucedió con septiembre, octubre, noviembre, diciembre y febrero. Sin embargo, marzo fue extremadamente húmedo, al contabilizarse 215,9 litros por metro cuadrado, y abril, que fue húmedo (50 litros). Por el momento, septiembre ha sido el único mes del año agrícola sin lluvia en la capital.

El déficit acumulado en estos primeros meses del ejercicio (comienza el 1 de septiembre) es lo que hace que la ciudad de Córdoba se mantenga por debajo de los niveles normales de precipitaciones, pues hasta el 5 de mayo se han contabilizado 462 litros por metro cuadrado, 75,2 menos de lo normal en la media de 1980 a 2010. Casi en la habitual se encuentran otras dos estaciones meteorológicas controladas por la Aemet: Montoro (tiene un déficit de 13,5 litros) y el pantano de Guadanuño (-4,9). Por el contrario, el resto de estaciones de la Aemet se encuentra por encima. Así, Espiel es el municipio que supera más ampliamente la media histórica para este término, con 178 litros más de lo habitual, y acumula 597,3 litros. En Aguilar de la Frontera se supera la media en 144,1 litros, mientras que en Benamejí llega a 138,7 y en Doña Mencía, a 138,2. El superávit es menor en Hinojosa del Duque (+97,6), La Rambla (+91,5) y Villanueva de Córdoba (+49,8).

Las lluvias han permitido una gran recuperación del campo cordobés, lo que ha contribuido también a la reducción de los costes de producción en la ganadería. Así, la Delegación Provincial de Agricultura indica que se ha producido un buen desarrollo vegetativo de la hierba en la dehesa, lo que permite que los ganaderos no tengan que aportar alimentación suplementaria.

Las precipitaciones también han posibilitado el retraso en la aplicación de regadíos, encontrándose en la actualidad los cultivos hortícolas, como el ajo, en un buen estado de desarrollo, al igual que sucede con los cultivos leñosos. Así, el viñedo presenta un gran evolución por esa favorable meteorología. En el caso del olivar, las perspectivas eran muy negativas para la próxima campaña, situación que ha cambiado totalmente con el agua, aunque han bajado los precios.

Imagen aérea del embalse de la Breña. Foto: CÓRDOBA / ARCHIVO