En el barrio de Levante aún sueñan con ese gran pulmón verde con zonas deportivas que iba a hacer las delicias de pequeños y mayores. Con ilusión asistieron a sus dos inauguraciones oficiales, pero después, cuando la crisis empezó a mostrar sus garras en el 2008, despertaron ante un montón de tierra removida junto al arroyo Pedroche, que ha soterrado la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Y poco más. Apenas se hizo el 15% de lo previsto en ese gran recinto de 300.000 metros cuadrados que tendría un parque canino, 160 huertos, un escenario al aire libre, zona de peroles, dos áreas de descanso con quioscos, un área de juegos infantiles, pistas de petanca y aparatos, dos circuitos de 1.200 y 1.400 metros, piscinas, pistas de paddle y tenis y campo de fútbol.

Ahora les resulta muy difícil imaginar que algún día ese espacio, superado en tamaño solo por la Asomadilla, pueda acoger en un futuro el proyecto que tanto les entusiasmó. Francisco Bellido es el presidente de la asociación de vecinos Amanecer de Fátima, que espera una reunión con Luis Martín para abordar el tema. Es consciente de que otra vez "habrá que modificar el proyecto o aparcarlo, pero no nos dan respuestas". A su juicio, hasta ahora lo que se ha hecho es "lanzar bolos", inaugurarlo dos veces e integrar el arroyo en el parque con una "terminación nefasta". Bellido asegura que los vecinos "estamos desmoralizados porque no tenemos esperanza de que empiece ni a corto ni medio plazo" a pesar de que se trata de una "obra muy necesaria para el barrio" y prevista desde hace años. Es más, recuerda que lleva allí "32 años y ya había un cartel en los terrenos anunciando que estaban destinados a zona verde". "Si todos los años hubieran seguido colocando primeras piedras, a lo mejor se habría hecho", señala irónicamente.

Nadie imaginaba tampoco lo que sucedería con el barrio de Mirabueno y la ronda Norte cuando la junta de compensación firmó el contrato de obras con ACSA en julio del 2004 para ejecutar la urbanización y en noviembre del 2006 para construir la carretera. Ambas quedaron al 69% de ejecución cuando quedaron paradas. Rafael Aguilera es el presidente de la asociación de vecinos del residencial Mirabueno, que recientemente han tenido una reunión con Luis Martín, que se comprometió a acelerar los trámites para retomar la urbanización. Los vecinos que llevan viviendo allí cuatro años están ya cansados de esperar y denuncian el deterioro de la zona. Aguilera explica que antes de que se pararan las obras se acometió lo fundamental, excepto las zonas verdes. Por eso están a la espera de un estudio de Parques y Jardines que determine qué especies son más adecuadas para rematar la actuación. Ellos apuestan por una vegetación que necesite poco mantenimiento. Hay vecinos que, hartos de esperar, han plantado sus propios árboles.

Otro problema que se detecta es "la falta de mantenimiento de las actuaciones que se hicieron, por lo que se han deteriorado". Los vecinos piensan que el Ayuntamiento debe terminar la urbanización y que "no tiene sentido tenerla parada por la ronda Norte", señala Aguilera, que también es consciente de que "si se hace lo que queda de ronda y no se puede utilizar, cuando se diga a usar dentro de unos años, no sirve". Por ello, está convencido de que "se va a priorizar la urbanización, porque no tiene sentido finalizar la ronda cuando no va a tener enlaces". De hecho, cuando Urbanismo aprobó en mayo el pliego de condiciones del nuevo proyecto de la ronda, se encontró con desperfectos cuantiosos en el segundo y tercer tramo de esos 2,4 kilómetros que empezaron a ejecutarse en diciembre del 2006 para entrar en un profundo sueño dos años después.

Otros problemas son la presencia de rumanos, que se llevaron las vallas de la obra; la suciedad que se acumula en las partes sin urbanizar; y el aspecto deplorable de una vía a medio hacer en ese balcón privilegiado de la ciudad.