La detención hace unos días de dos personas por el crimen cometido en noviembre del 2010 en la calle Abderramán III reduce a solo dos los homicidios sin resolver en la capital cordobesa en los últimos 20 años. La joven Soledad Donoso, de 18 años, murió en septiembre de 1992. Salió de su casa hacia el trabajo, pero nunca llegó. Dos semanas después, su cuerpo era encontrado en la Huerta del Arenal en estado de descomposición. Se detuvo a un joven de su círculo, que fue puesto en libertad poco después. La Audiencia reabrió el caso en junio y el juzgado ordenó el secreto de sumario.

Un incendio intentó enmascarar la muerte de Eduardo Paniagua, de 42 años, e hijo del fiscal José Paniagua. Su cuerpo sin vida, que presentaba una puñalada y un golpe en la cabeza, fue encontrado en su cama tras declararse un incendio provocado en su casa para ocultar el crimen. Corría el mes de julio del año 2000 y hasta hoy no ha habido avances en la investigación.