¿Saben esa típica escena de película en la que una familia, con el coche cargado de neveras y pelotas hinchables, abandona a su perro en una gasolinera para disfrutar de unas vacaciones? No se trata de un tópico cinematográfico, es algo más que real que ocurre a diario en las calles de Córdoba. Perros, gatos, e incluso caballos, son abandonados cada día.

En lo que va de este 2015, son nada menos que 961 los animales que sin merecimiento alguno han sido abandonados, según datos facilitados por Sadeco. Un hecho de imposible perdón que se agrava aún más cuando las protectoras o la perrera municipal están completas y no pueden dar atención a todo animal necesitado; de hecho, la cifra de animales abandonados este año es realmente alarmante en comparación con la ocupación actual de las instalaciones de Sadeco, que asciende hasta los 281 animales, de los cuales 242 son perros. Pero no todos son abandonados a su suerte en una ciudad en la que están obligados a sobrevivir, en Córdoba, también hay ciudadanos conscientes de la gravedad que eso entraña que acuden a las instalaciones municipales a entregar a su mascota de manera voluntaria; así pues, de esos 242 perros, tan solo 91 fueron abandonados. Algo similar ocurre con las protectoras de animales cordobesas, quienes además tienen que hacer frente a este problema sin contar con ayuda alguna de las administraciones, hecho que impide que puedan ampliar sus instalaciones con el fin de prestar ayuda a más animales. El Arca de Noé denuncia que sus medios tan sólo le permiten acoger a unos 200 animales a lo largo del año, lo que lleva a que muchos otros tengan que ser "sacrificados en la perrera local", según Miriam Mengual, miembro de la junta directiva de la protectora.

Lo cierto es que por muchas campañas de concienciación ciudadana que se realicen, o por muchas multas que se pongan, acabar con el abandono de animales seguirá siendo un ideal utópico. Aunque poco a poco empieza a vislumbrarse una solución viable que erradicaría el problema de manera parcial. No es otra que la esterilización. Privar a estos animales abandonados de su capacidad natural de reproducción para frenar la propagación de su especie. En Córdoba, protectoras como el Arca de Noé o El Amigo Fiel ya ponen en práctica este método cuya misión no es otra que hacer de cortafuegos. Por desgracia, sólo son atendidas las mascotas que llegan a las instalaciones de estas asociaciones de protección, pero fuera, en las calles, vagan miles. En este sentido, Miriam Mengual propone incluso "prohibir a los ciudadanos la cría con animales".

Aunque sin duda la mejor solución para esta atrocidad es responder con doble ración de solidaridad. La adopción es otra forma de garantizar una buena vida a estas mascotas. Por suerte, Córdoba se muestra solidaria, con 875 adopciones en lo que va de año, según Sadeco.