Una misa celebrada en la noche de ayer en el Santuario de la Fuensanta, y una cena posterior en el Palacio de Viana, sirvió a la Agrupación de Cofradías para conmemorar el décimo aniversario de la coronación canónica de Nuestra Señora de la Fuensanta, Patrona de la Agrupación de Cofradías y Copatrona de la ciudad.

La misa fue oficiada por el vicario episcopal de Córdoba ciudad, Manuel María Hinojosa Petit, y a ella asistieron nutridas representaciones de las cofradías cordobesas.

El 2 de octubre de 1994, domingo, fue, en efecto, posiblemente el último --hasta ahora-- de los días grandes de Córdoba en lo que a religiosidad popular se refiere. La jornada se había preparado con solemnidad y eficiencia durante todo un año, y la preparación inmediata dio comienzo con el traslado a la Mezquita--Catedral de la venerada imagen, donde se le ofreció un triduo en el que participaron destacados representantes de la Iglesia española.

Y el mismo día de la ceremonia, a las ocho de la mañana, salió procesionalmente del primer templo la Copatrona de la ciudad, que fue trasladada hasta el altar instalado en el paseo del Gran Capitán, donde unos ocho mil cordobeses --faltó Herminio Trigo, a la sazón alcalde de Córdoba-- siguieron durante casi tres horas el solemne pontifical que presidió Mario Tagliaferri, nuncio de Su Santidad en España, y en el que concelebraron un centenar de sacerdotes cordobeses. Llegado el momento previsto en el ritual, el nuncio impuso la corona a la secular imagen instantes después de que el obispo, José Antonio Infantes Florido, hiciera lo propio con la imagen del Niño Jesús que la acompaña.

Al terminar la ceremonia, la imagen fue devuelta en solemne procesión triunfal hasta su Santuario. La banda de música sevillana de Soria 9, dirigida por Abel Moreno, acompañó este retorno haciendo sonar en repetidas ocasiones la marcha procesional Fuensanta Coronada compuesta por su director para la ocasión.

Han pasado diez años. Para quienes, por su edad, no vivieron el 9 de mayo de 1965 la coronación canónica de la Virgen de los Dolores, el 2 de octubre de 1994 queda como el hito más importante de la historia devocional de la Córdoba contemporánea. La Agrupación de Cofradías, presidida entonces por Juan Bautista Villalba Cabello, fue la promotora del evento.