Si enfrentarse a la violencia de género es difícil para las víctimas, también lo es para los cuerpos de Seguridad que intentan combatirla. Alrededor de sesenta guardias civiles partiparon ayer en un curso organizado por la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), en colaboración con el Colegio de Abogados de Córdoba, en cuya sede se celebró, para recibir asesoramiento legal en el protocolo de atención a las víctimas. Uno de los agentes participantes, que prefiere mantener el anonimato, expuso a este periódico su día a día con la violencia de género.

«Nos cuentan su historia», «se adoptan los protocolos y se les intenta dar un poco de cariño porque vienen en circunstancias muy difíciles de contar», asegura. «Son casos parecidos pero a la vez distintos», relata, y «hay que tener un poco de tacto, asesorar en las ayudas que tienen, tanto de la administración pública como de los asistentes sociales de los ayuntamientos».

Este agente, que trabaja en un cuartel de la provincia, indica que «se les explica que hay un protocolo que se lleva a cabo con la detención» del agresor, «que pasa a disposición judicial». «Cuando acaba el proceso, estamos durante un tiempo, el que determine un juez, haciendo un seguimiento a la víctima, contactamos con ella, hablamos con ella, vamos a su casa, ese es el día a día», que reconoce que no es fácil, ya que «muchas veces la víctima es reacia a contar lo que le pasa» y más si quien la atiende es un hombre, asegura.

A pesar de ello, detecta que «la gente se está concienciando de que la violencia de género es un problema social grave que antes se tapaba y ahora no», aunque, desgraciadamente, «es un problema que va aumentando». Aún así, «en la mayor parte de los casos no hay denuncia», por lo que «hay que concienciar a la sociedad de que es un problema que está ahí y hay que denunciar».

En la apertura del curso, el secretario de Comunicación de la AUGC, Rafael Sánchez, reivindicó «la creación de una unidad contra la violencia de género específica y especializada» como la que existe en la Policía Nacional, «mientras que en la Guardia Civil, a día de hoy, seguimos igual y los de seguridad ciudadana tienen que compaginar la atención con otras funciones, por lo que no tienen formación ni tiempo». La AUGC va a contactar con los grupos parlamentarios para intentar que la Dirección General de la Guardia Civil y el Ministerio del Interior «se conciencien» de esa necesidad, ya que «no puede ser que se le dé más importancia a los robos en el campo que a la violencia contra la mujer». Entre los problemas que se encuentran los agentes están, según Sánchez, que «el protocolo específico es complicado» y que «la asistencia a las víctimas no necesita solo de formación, sino de un perfil concreto para empatizar con ellas y saber cómo asistirlas».