Agentes de la Policía Nacional detuvieron el viernes en Córdoba a una mujer que tenía oculto en su casa, una vivienda ruinosa en el número 3 de la Plaza de la Fuenseca, frente al cine de verano, el cadáver de un varón que estaba desaparecido desde el pasado mes de octubre, según confirmaron fuentes oficiales a este periódico. El cuerpo se encontraba en avanzado estado de descomposición, por lo que todo apunta a que su muerte se produjo hace tiempo, posiblemente en el mes de octubre, y de forma violenta, pues según fuentes cercanas a la investigación se encontró en el escenario del suceso un arma blanca. El juzgado de Instrucción número dos, en funciones de guardia, se ha hecho cargo del caso y, tras pasar a disposición judicial, ordenó el ingreso en prisión, comunicada y sin fianza de la detenida, según informaron a Europa Press fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. El cuerpo del hombre fallecido permaneció ayer en el Instituto de Medicina Legal, donde se le practicó la autopsia. No hay secreto de sumario pero la investigación está sometida a la discrección propia de un suceso de este tipo.

Al parecer, según fuentes del Ayuntamiento, la Policía Nacional solicitó a los Bomberos que acudieran a una vivienda de la Fuenseca el viernes porque tenían notificación de un varón desaparecido desde hace algún tiempo que podría estar allí. Cuando entraron en la vivienda se la encontraron toda llena de escombros, cartones y basura y debajo apareció la pierna de un varón y un rastro de sangre. Tras este hallazgo, la Policía Nacional se hizo cargo de la investigación. Aunque oficialmente no ha sido facilitada la identidad de la mujer ni del varón fallecido, en el barrio los vecinos comentaban ayer que era una pareja conocida, ambos de unos 40 años, que tenían problemas de drogas y de alcohol y que tenían continuas peleas. El hombre llevaba tiempo sin dejarse ver por el barrio.

«El muchacho vendía pulseras y aunque estaba enganchado a la droga no se metía con nadie, era educado», decía un vecino y confirmaba el presidente de la peña flamenca Merengue de Córdoba, que se encuentra muy cerca de la vivienda donde ocurrió el suceso. El responsable de la peña explicó a este periódico que ellos y la Asociación de Vecinos La Fuenseca habían denunciado en reiteradas ocasiones el mal olor «insoportable» que salía de ese inmueble, «que se metía dentro de la taberna, en mi casa, por todas las callejuelas del barrio», dijo. Y apuntó que «hasta tres veces han venido los bomberos». Así lo confirmaba también un vecino de la casa colindante, que no se explicaba cómo tanto la Policía Local como Sadeco habían visitado el inmueble en varias ocasiones desde octubre, «y no vieron nada, se llevaron dos perdices muertas y se fueron». Este vecino explicó que, al igual que este inmueble, también están en ruinas las viviendas de los números 9 y 11, que también han sido denunciadas al Ayuntamiento.

La casa, ayer por la mañana, solo tenía una cadena en la puerta. Sorprendentemente, mientras este medio se encontraba allí, entró y salió un muchacho con unas bolsas, que se mostró muy sorprendido de que se hubiese encontrado un cadáver en la vivienda. Explicó que la mujer, que se llamaba Rocío, le había dicho que podía pasar allí la noche porque su pareja, Manolo, que era de Sevilla, se había marchado. «Yo vine hace unos días, me acosté y no noté nada, y ahora vengo a recoger mis cosas», dijo. Al parecer, los primeros dueños de la vivienda habían permitido a la pareja vivir allí, pero ahora estaban de okupas, pues es propiedad de un banco.