La Policía Nacional detuvo ayer por la mañana a un hombre que se había atrincherado en su piso, en la calle Sagunto, reteniendo en su interior a sus tres hijas.

Según ha podido saber este periódico de fuentes policiales y vecinales, los sucesos se iniciaron por la noche, cuando el ahora detenido y su pareja iniciaron una discusión, fruto de la cual la mujer abandonó la vivienda.

Por la mañana, la esposa alertó a la Policía Nacional de que el hombre se encontraba en el interior de la vivienda, situada en el número 37 de la citada calle del barrio de Levante, con tres menores y que había bloqueado las puertas amontonando muebles tras las mismas.

Ante tal requerimiento se desplazaron hasta el lugar varios efectivos de la Policía Nacional y de la Policía Local, en torno a las 9.30 horas, y fueron alertados también los bomberos y los servicios sanitarios, ante el riesgo de que se pudiera producir algún herido, situación que generó un enorme revuelo en la zona.

Los bomberos informaron a este periódico de que su presencia fue requerida en dos ocasiones durante el suceso. Primero para abrir la puerta y algo más tarde por un aviso de incendio en el interior de la vivienda, que, afortunadamente, resultó ser falso.

Durante media hora, aproximadamente, policía y bomberos estudiaron la manera de acceder a la vivienda al tiempo que negociaban con el hombre, que se negaba a facilitar el acceso y se mantenía atrincherado en el interior del piso. Finalmente, el hombre depuso su actitud y pudo ser detenido y trasladado a una ambulancia, sin que ninguna persona de las implicadas en el suceso sufriera ningún tipo de daño.

Como consecuencia de estos hechos, el autor, de unos 35 años de edad, según las fuentes consultadas, ha quedado detenido y puede ser acusado de los delitos de violencia de género y resistencia y desobediencia a la autoridad.

Después de los hechos, algunos vecinos indicaron que la mujer pudo acceder al piso para reunirse con las tres niñas y pudo comprobar que todas ellas se encontraban en perfecto estado.

Según explicaron algunos testigos de los hechos, la pareja no parecía tener buenas relaciones, aunque nunca habían protagonizado suceso alguno ante el vecindario y se les veía con frecuencia salir con sus hijas para llevarlas al colegio o ahora, en verano, a la piscina.

El matrimonio, de entre 30 y 35 años, llevaba cerca de un año residiendo en el bloque 37 de la calle Sagunto, donde ocurrió el incidente, según explicaron los vecinos a este periódico, en una zona conocida como Los Apóstoles, donde la mañana de ayer se convirtió en tema de conversación por el inusual suceso que les tocó presenciar.