En cuanto al turismo, Pedro García se felicitó ayer de poder contar ya con el nuevo instrumento para la gestión de este sector, el Instituto Municipal de Turismo (Imtur), después de la disolución del anterior órgano, el Consorcio de Turismo. «Hemos sido audaces y ágiles para crear una herramienta mucho más democrática para afrontar los retos de otra manera», dijo. El presidente del Imtur avanzó que esta delegación retomará el trabajo para la eliminación de la contaminación visual del casco histórico; seguirá trabajando en la desestacionalización de la oferta turística de la ciudad (en exceso centrada en la primavera) y abordará el debate sobre la gentrificación del casco histórico y la evolución de los llamados apartamentos turísticos. De hecho, aunque destacó ayer las buenas cifras del sector en el año 2017 (donde Córdoba ha batido algunos de sus propios récords), dijo que su principal preocupación es «el reparto justo de la riqueza» dentro del sector turístico, pese a que reconoció que las competencias municipales en este ámbito son escasas.

Además, desgranó algunos de los proyectos turísticos que se han puesto en marcha para ampliar la oferta de la ciudad a sus visitantes. Entre ellos, habló de Kalenda, que se pone en marcha por primera vez este año y que repasará la historia y la huella romana de la ciudad; Río Mundi, Las noches del CRV o el Festival de las callejas. García también repasó las tareas pendientes que tiene la Delegación de Turismo respecto a la aplicación del Plan Turístico de Grandes Ciudades, que dijo que está «bastante avanzado». En este ámbito, recordó que falta la tercera fase del Templo Romano (que permitirá la visita a los restos arqueológicos); poner en marcha, una vez que está licitado, el proyecto del antiguo convento Regina, y la culminación de las obras de la Torre de la Inquisición en el Alcázar, que acumulan un notable retraso.