Un juez de menores, Emilio Calatayud; una fiscal de menores, Carmen Rubio y la asesora del defensor del pueblo, Elena Arce, expusieron ayer, con la ayuda del periodista José Manuel León como moderador, y ante un auditorio con más de 200 personas, los mecanismos legales con los que todos ellos trabajan en bien del menor, intentando garantizar sus derechos, prevenir que caiga en la exclusión social y corregir comportamientos constitutivos de delito.

Mientras Carmen Rubio, con un relato cargado de emotividad y de ejemplos reales, explicó la función del fiscal, encargado de investigar las circunstancias que rodean a los menores en riesgo de exclusión, los menores en situación de desamparo o los menores con problemas de conducta, Elena Arce se detuvo en las circunstancias de los niños que llegan solos a España, casi siempre desde Marruecos, y al trabajo que se realiza una vez se asume por parte de la administración su tutela hasta su mayoría de edad.

Por último, el juez Calatayud, con un discurso lleno de sentido común, relató la función de un juez de menores, "al que solo llegan los niños malos". Tras asegurar que "Andalucía es la comunidad con la mejor justicia de menores", comentó que "el 80% de los chavales de entre 14 y 18 años que llegan a los juzgados cometen delitos pero no son delincuentes". Asimismo, animó a la sociedad y a los medios de comunicación a hacer un ejercicio poco habitual, que consiste en ponerse en el papel de los padres del autor del delito. "Todo el mundo se identifica siempre con los padres de la víctima, pero qué pasa si tu hijo es el que ha robado o ha matado a alguien?", planteó, al tiempo que recordó que "la leyenda urbana que dice que al menor que comete un delito no le pasa nada, es falsa".