Vi muy cerquita la muerte». Así de rotunda, y entre sollozos, en una declaración desgarradora, relató ayer una mujer ante el tribunal y su hijo, acusado de atarla para robarle e intentar asfixiarla con una almohada, lo que padeció el 15 de diciembre del 2016. «Estaba desayunando cuando llamó al portero, le abrí, me dijo que venía a desayunar y le puse el café», contó en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial. Todo parecía normal hasta ahí, pero su hijo le pidió un mechero, ella fue a la habitación a buscarlo y el joven la atacó por la espalda. «De buenas a primeras me puso cinta americana en la boca y yo... ¡socorrro, que me mata!», recordó que gritaba como podía. «Me llevó al dormitorio dándome empujones, me puso cinta en las manos y me dijo que el día de antes había llegado un prestamista con una pistola» a reclamarle dinero que le había entregado para comprar droga y que «si no se lo devolvía lo mataba». Sin embargo, sostuvo ante el tribunal, en ese momento la vida que peligraba era la suya. «Me veía muerta. Me echó en la cama y se puso encima mía» mientras le exigía que le entregara las tarjetas de crédito. Ella le dijo que estaban en el bolso, pero el joven llegó a ponerle una almohada en la cara intentando asfixiarla. En un momento dado, cuando el acusado fue a coger las tarjetas, la mujer aprovechó para salir del piso, según su versión. Todo transcurrió muy rápido, pero se le hizo «eterno».

Sin embargo, su hijo, del que la madre dijo que «tiene trastornos y un poco de retraso mental», negó todos los hechos y se declaró «inocente». «Fui a pedirle dinero, pero me quedé en la puerta. No me dejó pasar, no me dio el dinero y me fui», aseguró. Sí sostuvo que ese día había consumido heroína y que «un prestamista» le estaba exigiendo dinero. «Fui en busca de mi madre antes que atracar un estanco», explicó. Eso sí, insistió en que «para nada» atacó a su madre. Unas vecinas, no obstante, declararon que escucharon los gritos de socorro de la madre y que la vieron bajar las escaleras con la cinta americana en la cara y en las manos. El fiscal, que contempla la agravante de parentesco y la atenuante de toxifrenia, solicita para el acusado siete años de cárcel por un delito de robo con violencia en casa habitada y otro de homicidio en grado de tentativa.