Abrazos, besos, lágrimas más o menos furtivas... No por ser escenas ya conocidas (y a las que casi llegamos a acostumbrarnos desde que la Agrupación Córdoba abriera hace casi tres décadas la participación de la base de Cerro Muriano en misiones internacionales) dejaban de impresionar ayer el tremendo cariño y la humanidad que emanaba el recibimiento en el Aeropuerto de San Pablo, en Sevilla. Se trataba del regreso de la primera rotación del contigente Enhanced Forward Presence (EFP II), con 150 profesionales de los 300 que han estado durante seis meses en Letonia, 250 de ellos pertenecientes a la Brigada Guzmán el Bueno X.

Y encabezando el recibimiento, según lo programado, el propio general jefe de la Brigada Guzman el Bueno X (BRI X), Aroldo Lázaro Sáenz

Atrás quedan seis meses de duro trabajo en carros de combate con ejercicios continuos de adiestramiento en firme helado y embarrado y entre bosques, por no hablar de la distancia con la tierra natal y con la familia en algunos de los meses con las festividades más entrañables para los cordobeses: Navidad, Semana Santa, el mayo festivo...

Además, aún quedan muchos por llegar, prácticamente la mitad del contingente que salió para Letonia hace medio año, mientras que se le está dando el relevo en la base de Adazi a la brigada Guadarrama XII, con sede en Madrid.

«Con esta misión se da muestra del firme compromiso de España con nuestros aliados y la decidida contribución de España a la Alianza, participando en la eFP ii, como medida de disuasión y defensa», explicaba ayer un comunicado del Ministerio de Defensa por parte del Ejército de Tierra, con la pertinente y estricta terminología castrense, que en nada se contradice con el corazón que ha puesto la Brigada Guzmán el Bueno X en su misión ni con los gestos de cariño con los que ayer fueron recibidos los primeros militares de vuelta.