El vicepresidente provincial de Cruz Roja, Rafael Muñoz Peinado, y la delegada de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Córdoba, María Jesús Botella, han plantado este miércoles en los Jardines de la Puerta de Almodóvar un árbol --un ginkgo biloba, con diversas propiedades terapéuticas, entre otras cosas, para mejorar la memoria-- dedicado por la ciudad y la institución humanitaria a las personas mayores.

Dicho acto ha servido como simbólico arranque de la I Semana de las Personas Mayores organizada por Cruz Roja en Córdoba, que desde hoy hasta el viernes ofrecerá una variada propuesta de actividades dirigidas a este grupo de población, que engloban desde 'Cuentacuentos' --de mayores a menores ingresados en el hospital-- hasta una 'master-class' de 'tai-chi', pasando por la actuación de varias corales y una visita cultural acompañada de una comida de convivencia --esto último solo para las personas usuarias del servicio de teleasistencia de la institución humanitaria--.

Con este evento, la organización quiere hacer visible su compromiso y su trabajo diario para mejorar las condiciones de vida de las personas mayores. Prueba de ello son los más de mil ciudadanos (1.071 concretamente) atendidos en el primer semestre por la entidad en la provincia, a través de proyectos e iniciativas como la ayuda a domicilio complementaria, la teleasistencia --domiciliaria o móvil--, el centro de día, el respiro familiar, los productos de apoyo o las actividades de envejecimiento saludable.

Los recursos --que cuentan con financiación del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, la Consejería de Salud y Bienestar Social, el Ayuntamiento de Córdoba y diversos consistorios de la provincia-- son muy variados, pero todos van en la línea de facilitar a la ciudadanía una vida digna y autónoma en su entorno habitual.

No en vano, alrededor del 32 por ciento de las personas mayores de 65 años necesitan de algún tipo de ayuda para desarrollar su vida, según el Observatorio de Personas Mayores del Imserso. Esta proporción crece conforme aumenta la edad, entre los 75 y 84 años, dos de cada cinco personas necesitan esta ayuda mientras que en edades superiores son tres de cada cuatro.

En este sentido, conviene resaltar que la labor de los cuidados a personas dependientes --y en este caso, a personas mayores-- en la mayoría de los casos la desempeñan parientes cercanos, en lugar de cuidadores formales.

EL 80% DE PERSONAS CUIDADORAS SON MUJERES

"El 80 por ciento de las personas que cuidan son mujeres, la mayoría de ellas hijas, cónyuges o nueras de la persona dependiente, de una edad superior a los 50 años, que comparte domicilio con la persona cuidada. Suelen desempeñar esta labor a diario, carecen de ocupación remunerada, y no reciben ayuda de otras personas", según señala el responsable del Programa de Personas Mayores de Cruz Roja Española, Joaquín Pérez.

La labor que realizan los cuidadores es fundamental para el desarrollo de la vida diaria de las personas mayores dependientes, ya que los apoyos que prestan se basan en la realización de actividades básicas del día a día --vestido, aseo, comida, etc) o instrumentales (toma de medicación, atención del teléfono, visitas al médico, utilización de escaleras, etc--.

Por ello, Cruz Roja desarrolla desde la última década proyectos de ayuda a personas cuidadoras no profesionales de personas dependientes, que tratan de dar respuesta a las situaciones de sobrecarga causada por la actividad del cuidado, además de ofrecer una web especializada en este sentido: 'www.sercuidadora.org', junto al teléfono de atención 900 365 100, cursos especializados o grupos terapéuticos.