Doce días han pasado desde que los especialistas internos residentes (antiguos MIR) que trabajan en el Sistema Andaluz de Salud, unos 4.600 en Andalucía y más de 400 en Córdoba, decidieran plantarse contra los recortes y la precariedad laboral. Lejos de desinflarse, la movilización de los afectados sigue vigente y cada vez suma más apoyos que llegan desde otros profesionales del ramo (adjuntos o médicos de Atención Primaria), colegios de médicos y hasta partidos políticos. El rifirrafe entre Administración y facultativos en formación parece no encontrar el clima para una vía intermedia, ya que ambas partes siguen aferradas a su postura inicial.

RECORTES / ORIGEN DE LA PROTESTA

Los especialistas internos residentes (eir) son la nueva versión de los antiguos MIR (médicos internos residentes), en la que ahora caben desde enfermeros a farmacéuticos, psicólogos o físicos. Tras cinco años de carrera, para trabajar en la sanidad pública, tienen que superar un periodo de preparación extra en la que se forman al tiempo que trabajan, con una remuneración. Su sueldo se compone de un sueldo base, un complemento de formación y las guardias. El aumento de la jornada laboral a 37,5 horas decretado por el Gobierno ha supuesto un incremento de la carga de trabajo y un recorte salarial no solo de los funcionarios, también de los EIR. A eso se suma el reparto de horas impuesto en Andalucía, que consideran desequilibrado y el hecho de que la reducción al 75% de las horas de muchos médicos ha obligado, según denuncian, a los residentes a asumir más trabajo y a hacerlo sin un tutor, ya que muchos tutores han dimitido precisamente porque a raíz de los recortes la supervisión les suponía un exceso de horas inasumible.

HUELGA INDEFINIDA / CASI DOS SEMANAS Y SIGUEN CONTANDO

El carácter indefinido de la huelga de los especialistas residentes avanza en el tiempo confirmándose como tal, indefinido. Ya han pasado casi dos semanas y lo que la Administración andaluza previó que no superaría dos semanas, ha acabado por írsele de las manos. Y aún no se ve el final del túnel. El seguimiento de la convocatoria tampoco parece pasar por horas bajas. Y es que la media de los últimos días no ha bajado del 65%, algo que más allá de las cifras que manejen ambas partes afectadas, se deja ver en la reacción del resto de facultativos, sobre todo en los hospitales, tanto en Córdoba como en el resto de capitales andaluzas, que están sumándose a las protestas, animando las reivindicaciones en lugar de calmarlas.

A LA ESPERA / LA ADMINISTRACIÓN NO RESPONDE

El tono mantenido de las protestas de los residentes, que cada día sorprenden con nuevas fórmulas (hospital informativo, subasta, manifestación...) y la unión demostrada por los afectados de toda Andalucía, que se evidenció en la concentración ante el Parlamento Andaluz del jueves, está poniendo en jaque a la Consejería de Salud, que ese mismo día ofrecía diálogo, pero no concretaba dónde quería dialogar. A eso se ha sumado recientemente la presión de otros grupos políticos, que piden a la Junta que busque una fórmula para acabar con un conflicto que, más allá de las razones que hayan motivado a los residentes a ponerse en huelga, ha demostrado, según los sindicatos, el déficit de plantilla que padece el Sistema Andaluz de Salud. Si el martes eran los médicos adjuntos los que advertían que no están dispuestos a soportar la carga de trabajo, el viernes eran los médicos de Atención Primaria quienes ofrecían su apoyo.

LOS PACIENTES / LA CALIDAD DE LA ASISTENCIA

En medio del conflicto entre la Junta de Andalucía y los especialistas internos residentes se encuentran los pacientes, que ya están sufriendo los efectos de la huelga. El principal problema se plantea en las Urgencias, donde la falta de personal es más evidente porque muchas de las guardias y los turnos en este servicio son habitualmente asumidas por los MIR. Según los sindicatos, esta situación está obligando a los médicos adjuntos a multiplicarse por tres y a realizar jornadas maratonianas, por lo que ya les han pedido que denuncien todo tipo de órdenes que supongan un aumento injustificado de sus horas de trabajo. (Una huelga de residentes, explican, no puede ser una emergencia porque no son plantilla). En algunos hospitales, ya se habla de suspensión de operaciones y de retraso de pruebas. El SAS habla de normalidad.

SITUACIÓN COMPLICADA / ENTRE LA ESPADA Y LA PARED

Mientras los residentes se crecen, la Junta afronta un toro difícil de torear. Sobre todo, por la lectura que se haga por parte de otros colectivos a la reacción oficial. Si cede, muchos podrían entender que la huelga sostenida es la vía. Si no cede, corre el peligro de que a los residentes acaben sumándose toda la plantilla del SAS. Una situación de emergencia no puede sostenerse demasiado, de ahí que los resortes que la primera semana funcionaron, ahora se estén viendo torpedeados. Por su parte, la consejera de Salud sigue sin sentarse a negociar, justificando todos los recortes en base a los decretados en Madrid por el PP. El PP, mientras, le hace la oposición pidiendo "diálogo y sentido común". En la misma línea que su socio de gobierno, IU, que le exige actuar "sin exigencias previas". En fin, esperemos que mañana las partes se sienten a negociar.