Sierra Morena y las Cordilleras Béticas son dos de los grandes ambientes naturales definidos en Andalucía entre los más característicos por su diversidad vegetal y animal. Estos dos parajes concentran en Córdoba la mayor riqueza de la provincia. Sin embargo, con el paso de los años, como ha sucedido con la fauna, la flora se ha deteriorado hasta niveles mínimos de conservación. En algunas especies se requiere ya un control minucioso de su evolución e incluso actuaciones de implantación para evitar su desaparición definitiva.

Si en Granada es Sierra Nevada la que presenta la mayor diversidad, en Córdoba son las Sierras Subbéticas el lugar donde se localizan algunas de las especies endémicas andaluzas, aunque, como sucede con la fauna, la adecuación de la explotación agroganadera al conservacionismo se convierte en uno de los grandes retos del futuro en este paraje protegido.

A especies en peligro de extinción como el buitre negro, el lobo o el lince, que tienen en los parques cordobeses algunas de sus últimas poblaciones, se une también el estado crítico de otras representativas de la flora. José Manuel Quero es el director conservador del parque Cardeña-Montoro y del proyecto de conservación de la flora en la provincia puesto en marcha por la Consejería de Medio Ambiente. En los últimos dos años ha coordinado los trabajos de control y recuperación de especies vegetales amenazadas en peligro de extinción en Córdoba, además de proceder a la eliminación de especies alóctonas invasoras de zonas de gran interés de los parques naturales. Como sucede con la fauna, en la flora cordobesa existen también especies que se encuentran al borde de la exterminación en la provincia. El caso extremo es el de la Atropa baetica o belladona de Andalucía, que tiene en la Subbética la única población de la provincia. Sólo existen ya siete individuos. Por ello, la Consejería de Medio Ambiente ha realizado un seguimiento anual de la población y ha acometido introducción en terrenos públicos, aunque todavía se requieren más esfuerzos para evitar que el pisoteo provocado por el pastoreo la extinga.

El caso de la Lithodora nitida no es más prometedor. De las seis poblaciones localizadas en Andalucía, tres se encuentran en la Subbética. El pastoreo o los desprendimientos están reduciendo su presencia en el parque, por lo que se han tenido que acometer medidas que preserven el taxón de los herbívoros, además de firmar convenios de colaboración con los propietarios para mantenerla y proceder a nuevas introducciones en terrenos públicos.

EN GRAVE RIESGO Otras tres poblaciones en peligro de extinción también se encuentran en las Sierras Subbéticas. Del Narcissus bugei o flor de San José perviven en el parque tres poblaciones distintas. En el caso de la orquidea Ophrys speculum subsp. lusitanica sólo se conoce por las referencias históricas, pues recientemente no se ha podido constatar su presencia en los municipios del sur de Córdoba.

Una planta perenne de unos 20 centímetros que crece en los paredones verticales (Sarcocapnos crassifolia subsp. Speciosa ) es la última de las plantas en peligro extinción de la Subbética. Sólo existe una población con 634 efectivos. En la actualidad se está procediendo a su reintroducción tras firmarse un convenio de colaboración con un titular de una finca adecuada para su propagación.

El último caso es una hierba natural de entre 17 y 46 centímetros, la Euphorbia gaditana , es la única que se encuentra fuera del parque natural y que está catalogada como especie en peligro de extinción. Localizada en el valle del Guadalquivir en una zona de regadío, los efectivos estimados son 455. El objetivo, según José Manuel Quero, es acometer siembras para recuperar el número de individuos.