El monóxido de carbono se origina por la combustión incompleta del carbono de los combustibles de los vehículos. Hace disminuir en los glóbulos rojos de la sangre la capacidad de transportar oxígeno. También son los vehículos los principales creadores del dióxido de nitrógeno, que ocasiona problemas en el sistema respiratorio: irritación nasal, incomodidad para respirar y dolores agudos. El ozono es un gas del aire que se respira y la mayor parte de él se encuentra en la estratosfera. El resto se forma en la tropesfera y sus precursores son el tráfico y algunas industrias. El aparato respiratorio es el más perjudicado cuando se registran altas concentraciones. Los asmáticos padecen ataques tras estar expuestos a niveles altos de ozono. Las partículas en suspensión (PM10) derivan de procesos industriales (trituración de piedras, metales, cementeras), el tráfico y la calefacción. Son como un aerosol que puede penetrar en las vías respiratorias. Vehículos menos contaminantes y controlar el tráfico son las soluciones.