Un trabajador del cementerio de una localidad cordobesa ha aceptado ser condenado a un año de cárcel por tocarle el culo a una compañera, en varias ocasiones, con la excusa de quitarle una pelusa.

La jueza del Penal número 4 de Córdoba ha suspendido la ejecución de la pena privativa de libertad a condición de que el hombre, a quien también le ha aplicado la atenuante de adicción al alcohol, no cometa un nuevo delito durante tres años.

Sin embargo, la magistrada ha considerado probado que el hombre, de 64 años, "con ánimo libidinoso" acarició las nalgas de una compañera de trabajo en varias ocasiones cuando ambos trabajaban en el cementerio municipal de una localidad cordobesa.

En dos ocasiones, a pesar de que la mujer le espetó diciendo "qué casualidad que siempre tengo una pelusa" en el mismo sitio, el hombre continuaba sin parar de "dirigirle insinuaciones de tipo sexual".

Concretamente, el 30 de marzo de 2013, aprovechando que la mujer estaba en las dependencias privadas de los trabajadores, el acusado le volvió a tocar el culo "llevándole la mano hasta su zona genital" con comentarios obscenos.

Por ello, la jueza ha condenado al hombre, que ha aceptado la pena condicionada a un año de cárcel si delinque de nuevo, por un delito de abusos sexuales continuado.