Hace casi nueve años, el arquitecto madrileño Ricardo Montoro Coso ganaba el concurso de ideas convocado por la Junta para reformar las dos casas dentro del plan de la Axerquía Norte. Lo importante está en el interior era su propuesta, que fue seleccionada entre 108, y en la que colaboró Franca Alexandra Santag, para transformar las dos viviendas en centro cívico y en sede de la Empresa Pública de Suelo de Andalucía (EPSA). El centro cívico iba a tener biblioteca, salas lúdicas, aulas-taller, salas multiusos, una zona de distribución o exposición y área administrativa. El proyecto contemplaba despachos y archivo para la sede de EPSA. Aquella propuesta se quedó ahí.

Más tarde, en la etapa en la que IU estuvo al frente de Fomento y Vivienda, y poco antes del adelanto electoral del 2015, la Junta propuso convertir en centro social y empresarial las dos casas con una inversión de 886.000 euros. El plan incluía oficinas para alquilar, sala de reuniones para uso vecinal, una tienda o mercado de economía social, una cafetería, y el patio tendría uso deportivo. Tampoco prosperó.