Decenas de personas, encabezadas por UGT y CCOO, se concentraron ayer ante la Subdelegación de Córdoba por el trabajador fallecido el lunes de la semana pasada en Lucena. El hombre, empleado de una empresa de calefacción, murió por un infarto mientras trabajaba. Este caso es el último de los seis accidentes mortales registrados en la provincia durante el primer semestre de este año, en el que ya se han superado las cifras de muertes laborales del 2017. Ambos sindicatos denunciaron la situación que viven los españoles a nivel laboral y apuntaron al deterioro de las condiciones del trabajo como raíz del problema. «Donde hay precariedad, hay más riesgo», subrayó Jaime Sarmiento, representante de UGT. Posteriormente, los asistentes guardaron un minuto de silencio en honor al trabajador. Entre otras cosas, los colectivos exigieron la derogación de las reforma laboral y que las evaluaciones de riesgos psicosociales sean obligatorias. Las cifras preocupan a los sindicatos: el año pasado murieron 618 trabajadores en España, 11 más que en el 2016 y 54 más que en el 2012. Además, el número de siniestros por infartos y derrames cerebrales se ha incrementado. Cuatro de los seis fallecimientos en 2018 se debieron a estos fallos cardíacos. Como desencadenante, UGT y CCOO apuntan al estrés. Según la Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo del 2015, el 30% de los trabajadores en el país manifestó sufrir estrés siempre o casi siempre. Por otra parte, la campaña Gestionemos el estrés, de la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo, reveló que un 72% atribuyó esa ansiedad a la inseguridad laboral. Por ello, UGT y CCOO exigen la mejora de las condiciones de los trabajadores, porque afirman que la precariedad provoca estrés, y este desemboca en riesgo laboral y muerte. «Ante la siniestralidad laboral, tolerancia cero», concluyen.