Ropa, juguetes, cosméticos, artículos eróticos, turismo y gastronomía fueron algunos de los productos y servicios ofrecidos ayer por la treintena de entidades que participaron en la segunda Feria de la Economía Social y Solidaria de Córdoba y el Ecomercado ubicados en el entorno de la Torre de la Calahorra. El día acompañó y el público acudió a esta iniciativa que cuenta con distintos objetivos, aunque uno de los principales es dar visibilidad a las empresas y los productores.

El Ecomercado se celebra el segundo sábado de cada mes en el mismo lugar y su presidente, Roberto Ballesteros, destacó que cordobeses y visitantes pueden encontrar productos ecológicos, artesanales, de comercio justo y de cercanía. Ballesteros indicó que en los mejores días han llegado a recibir un millar de personas y subrayó la labor de sensibilización que realizan con esta actividad. En esta línea, también destacó que cada vez se suman más productores y distribuidores, por lo que «estamos unificando todo lo ecológico», y subrayó otros avances como la formación de un núcleo fuerte en la organización o el objetivo de poner en marcha un sistema participativo de garantía. Sin embargo, el presidente del Ecomercado afirmó que se encuentran «preocupados», ya que se instalan junto a La Calahorra gracias a un convenio con la delegación municipal de Medio Ambiente pero este expira en junio, por lo que confían en saber dónde podrán implantarse antes de ese mes, ya que, según aclaró, «llevamos tres años esperando».

La Feria de la Economía Social fue organizada por la Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS) e Ideas, y contó con la financiación del Ayuntamiento de Córdoba. La técnica de educación de Ideas Marián Ruiz detalló que la economía solidaria no tiene ánimo de lucro «y lo importante es el beneficio de las personas y del entorno, y no el económico», aunque la empresa tiene que ser sostenible.

Marián Ruiz aludió a una doble finalidad con la celebración de este evento, que consiste en que las entidades logren una mayor visibilidad y que los cordobeses «sepan que en su ciudad hay otra forma de hacer economía, hay otra manera de producir energía, de comercializar ropa, cosméticos o productos eróticos».

Una de las iniciativas que se encontraron ayer junto a La Calahorra fue Casa de la vida, un proyecto para la autogestión del envejecimiento. Asimismo, Sergio Benito estuvo al frente del stand Setas y recetas, en el que ofreció este alimento y otros productos silvestres. Llegado desde Villaviciosa, explicó que ofrecen setas que no se encuentran habitualmente. En el puesto de Madre Coraje, la voluntaria María José Escudero recordó que reciclan y elaboran productos, y destinan lo obtenido a proyectos en Perú y África. De otro lado, María Victoria Ruiz, de Transforma con placer y placer con sentido, llevó artículos eróticos y señaló que con esta iniciativa «se sacan a la calle, pese a que esto siempre ha sido más tabú», y «se visualiza la sexualidad», añadiendo que «la feria sirve de escaparate».