La Brigada de Infantería Mecanizada 'Guzmán el Bueno' X, es decir, los que en los últimos años habían sido los compañeros del cabo Francisco Javier Soria Toledo, que resultó muerto este miércoles en el Sur del Líbano mientras tomaba parte en la misión de paz que comanda Naciones Unidas en dicha zona fronteriza con Israel, han arropado este viernes a los familiares de este militar profesional malagueño, durante la ceremonia de despedida celebrada en su honor, entre los suyos, en la base cordobesa de Cerro Muriano.

El ministro de Defensa, Pedro Morenés, quien le ha impuesto al cabo, a título póstumo, la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo, ha presidido la ceremonia por este militar fallecido en acto de servicio, a la que también han asistido el vicepresidente de la Junta de Andalucía y consejero de la Presidencia, Manuel Jiménez Barrios; el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el almirante general Fernando García Sánchez; el jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra, el general de Ejército Jaime Domínguez Bujel, y el jefe del Cuarto Militar de la Casa del Rey, el almirante Juan Ruiz Casas, quien ha asistido en representación de Su Majestad Felipe VI.

También han querido estar presentes, para darle un último adiós al cabo fallecido, la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo; el consejero de Justicia e Interior de la Junta de Andalucía, Emilio de Llera, y los alcaldes de Córdoba, Málaga y Obejo (Córdoba), municipio éste último donde se sitúa parte de la base de Cerro Muriano, junto a otras autoridades civiles y militares, que han acompañado a los familiares del militar fallecido, que han asistido a la ceremonia bastante afectados, especialmente su mujer, además de sus padres, su hermana, los suegros y una cuñada, entre otros.

La ceremonia se inició con el traslado del féretro a hombros de sus compañeros hasta el túmulo situado en el hangar de la base, mientras la banda de música interpretaba la marcha fúnebre, y a continuación el ministro de Defensa ha impuesto sobre el féretro del cabo Soria Toledo la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo. Se ha interpretado después el himno nacional y a su finalización la Unidad de Honores procedió a disparar una salva de fusilería.

El acto ha seguido con el homenaje a los que dieron su vida por España, entonándose 'La muerte no es el final' y el toque de oración, para finalizar con el himno del Regimiento de Infantería Mecanizada (RIMZ) Córdoba 10, al que pertenecía el fallecido y que fue cantado por todos los militares presentes.

"CUMPLIENDO CON SU DEBER"

La única intervención en esta ceremonia de despedida ha sido la del

coronel jefe del RIMZ 10, Rafael Colomer, quien ha destacado la "competencia" y "capacidad de trabajo" del cabo Soria Toledo, además de su "lealtad, compañerismo y sencillez", señalando que en todo momento fue "consciente del riesgo" que entrañaba la misión para la que se presentó voluntario, pero, "desgraciadamente, una acción de las que él trataba de impedir ha truncado su vida para siempre", aclarando el coronel que el fallecido "no buscó su muerte", ni ésta le sobrevino "por una negligencia" propia, sino que le llegó "cumpliendo con su deber, como casco azul de Naciones Unidas".

El coronel, quien ha hecho referencia así a como el cabo falleció este miércoles en Líbano durante un ataque con granadas del Ejército israelí a milicianos de Hezbolá, ha sido el encargado, para finalizar el acto, de entregar a la viuda del cabo Soria Toledo la condecoración que se le ha concedido, su boina y la bandera nacional, que cubría el féretro. Con ello ha concluido el acto en la base militar cordobesa, y ahora se trasladan los restos mortales del cabo a Málaga, su ciudad de origen, donde será incinerado.

El cabo Soria, de 36 años y natural de Málaga, ingresó en las Fuerzas Armadas en 2004 y pertenecía a la Brigada de Infantería Mecanizada 'Guzmán el Bueno' X, con base en Cerro Muriano. Se encontraba en Líbano desde el pasado noviembre, aunque era la segunda vez que participaba en la citada misión de Naciones Unidas en dicho país de Oriente Próximo.