Las obras de la segunda fase de restauración del Templo Romano, situado en la calle Claudio Marcelo, han comenzado esta mañana con la colocación de las vallas de protección y los trabajos previos para la intervención. La reforma del monumento, que se paralizó el pasado mes de marzo ante la necesidad de desalojar a una colonia de gatos, tiene un presupuesto de 338.000 euros y un plazo de ejecución de cinco meses. De cumplirse este plazo, el monumento podría estar abierto al público a finales de este mismo año. La empresa Arquepec es la encargada de llevar a cabo los trabajos.

Esta fase servirá para introducir al ciudadano en el monumento. Se desmontará parte de la barandilla existente en la entrada por la calle Claudio Marcelo y se colocará una pasarela que irá anclada al muro del Ayuntamiento y que llegará a la zona de las antérides. La plataforma que surgirá entre las columnas permitirá proteger de la intemperie los dos muros de apoyo y se podrá caminar entre columnas y visualizar Claudio Marcelo y Capitulares con la distinta cota que tenían, según el proyecto de los arqueólogos. La actuación que quedará pendiente es la del centro de interpretación, ligado a la remodelación de la planta baja del Ayuntamiento, pero sí se habilitará un hueco para este recinto.