El CEIP Federico García Lorca, situado en la barriada del Guadalquivir, ha vuelto a quedarse sin portero después de que el Ayuntamiento cubriera en marzo la plaza que quedó vacante en diciembre del año pasado por jubilación. La directora y los miembros del AMPA del centro se quejan del grave perjuicio que esta situación genera en un colegio «con tres edificios separados, tres puertas para entrada y salida y una actividad diaria muy intensa», al que le corresponde por sus dimensiones dos porteros. A diario, según indican, los profesores y la directora se ven obligados a abandonar las clases para abrir la puerta «a proveedores, a la trabajadora social, el orientador, o padres que traen a los niños del médico..., hasta 20 veces en una mañana». Los padres consideran que «el colegio está vendido sin una persona en la puerta que vigile la valla, por donde ya han saltado» y reclaman una solución «urgente y definitiva al problema». Al parecer, el Ayuntamiento colocó en esta plaza a un trabajador de un centro cívico temporalmente, pero la semana pasada volvió a su puesto. A cambio, les han dotado de una persona contratada solo dos horas al día. «Necesitamos un portero toda la mañana en el colegio para poder trabajar en condiciones y que los niños estén seguros», insisten.

Por su parte, fuentes municipales indicaron que están estudiando la solución. El concejal de Educación, Andrés Pino, no concretó cuándo se llevará a efecto.