El Colegio de Arquitectos de Córdoba ha alertado de las adjudicaciones de proyectos y obras que se están produciendo, con rebajas de presupuesto cada vez mayores, por el riesgo que conllevan. Aunque no recurrirá la adjudicación de la redacción del proyecto del centro de congresos y recinto ferial del Parque Joyero a la oferta que obtuvo más puntuación por su rebaja económica --806.588 euros frente a 1,4 millones--, la unión temporal formada por Fernando Suárez y Javier Terrados, sí ha exigido al Ayuntamiento que no se vuelva a producir un descuento del 50% y que no influyan tanto los honorarios en las adjudicaciones. Así lo transmitió ayer en una reunión el decano del Colegio de Arquitectos de Córdoba, Felipe Romero, que pidió que "no se discrimine a un proyecto mejor porque otro haya hecho una rebaja más grande".

Aunque esta demanda surge en relación al proyecto del Parque Joyero, no solo va dirigida al Ayuntamiento, sino a todas las administraciones. Tampoco será solo una reivindicación de Córdoba, ya que el órgano colegial quiere hacer un frente común con el resto de colegios andaluces, por lo que esta situación se abordará en el seno del Consejo Andaluz de Colegios de Arquitectos. El lunes hay prevista una reunión porque "hay una queja generalizada", explica, ya que "se valora más el descuento que el proyecto técnico". Aunque reconoce que antes se producían también rebajas de entre el 20% y 25% sobre el presupuesto de licitación, asegura que no llegaban al 30%, que ahora se supera.

Respecto a la adjudicación del proyecto del centro de congresos, Romero asegura que "no podemos hacer nada porque la ley está hecha así". El estudio de arquitectura Hago, que logró una mejor valoración técnica pero que fue desbancado por la oferta económica de Suárez--Terrados, solicitó en agosto el respaldo del Colegio de Arquitectos de Córdoba. La Junta de Gobierno del Colegio de Arquitectos ya se pronunció en julio sobre la adjudicación "al equipo redactor cuyos honorarios representan el 50% de la cantidad prevista en la licitación, cuya cuantía es inferior a los baremos que por decreto aplica la Sociedad Estatal de Gestión Inmobiliaria del Patrimonio para la elaboración de proyectos a integrar en el Patrimonio del Estado o en otros". En ese momento, el colectivo señalaba que "hasta en las subastas de arte se fijan unos niveles mínimos de oferta para evitar bajas temerarias ", por lo que reivindicaba fijar unas "tarifas mínimas". El colegio recordaba que "el arquitecto no forma parte de ningún sindicato que pueda defender su salario interprofesional mínimo que le permita competir con el resto de compañeros, no tiene reglas de juego, por lo que es necesario, al menos, unos honorarios mínimos que garanticen justificar los gastos necesarios de producción del trabajo que puedan impedir las bajas temerarias". Además, explicaba que "esta profesión conlleva un coste de producción muy elevado que ata desde tres a diez años con cada producto" y "el pago durante ese tiempo de varios seguros".

El colegio ya pedía a las administraciones que dieran ejemplo "convocando licitaciones que no tengan el riesgo inherente de tener que adjudicarlas a individuos capaces de trabajar por casi nada, evitando que los concursos se conviertan de honorarios y no de proyectos".