Las escasas exigencias que se requieren en la actualidad para conseguir el carnet de conducir, basado en la resolución de los test en el teórico y salir airoso del examen práctico, sin la obligación de asistir a clases ni teóricas y casi tampoco a las prácticas, es un modelo «anclado en el pasado», denuncia Rafael Cruz, que cree que se debería transformar el sistema y actualizar sus procedimientos.

En ese sentido, señala que cada día se hace más necesario recuperar las clases presenciales, donde el profesor no solo ayuda a resolver los test, sino que puede impartir otro tipo de conocimientos que van más allá de la superación de la prueba y aportaría formación para que el alumno sepa realmente enfrentarse a la conducción diaria y a otra serie de problemas o situaciones que se puede encontrar como conductor.

También sería conveniente, a juicio de Rafael Cruz, que se exigiera un reciclaje de los conductores, cuando llevaran algunos años con el carnet, y se adecuaran a las circunstancias del tráfico actual. Ve conveniente la incorporación de otra serie de figuras como el acompañante del conductor novel (durante algún tiempo) y otra serie de requisitos que recuperen el prestigio del sector. El presidente de las autoescuelas de Córdoba cree que hay que conseguir que estos negocios vuelvan a ser considerados como «centros de formación y enseñanza», porque la actividad que desarrollan tiene una enorme repercusión en la vida cotidiana.