El alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, anunció esta semana que el Ayuntamiento está trabajando en la mejora del actual modelo de feria de El Arenal, que, según dijo, ya está muy avanzado. Antes de proponer soluciones, no está de más echar un vistazo a las ferias andaluzas de más relevancia para ver cómo organizan ellos la fiesta y qué ideas se pueden importar.

A ¿DEMASIADOS DÍAS DE FIESTA?

¿Es la Feria de Córdoba demasiado larga? Esa es una pregunta que se repite a la hora de hablar del modelo de fiesta. De hecho, el Ayuntamiento de Córdoba decidió el año pasado acortar un día la Feria de Nuestra Señora de la Salud, en parte por la crisis y en parte por intentar concentrar la afluencia de visitantes y hacer que el Real se llene todos los días en lugar de repartir la fiesta en dos fines de semana con jornadas centrales más flojas. De nueve noches y ocho días, ha pasado a durar oficialmente ocho noches y siete días. Aún así, la de Córdoba sigue siendo más larga que otras de referencia como Sevilla, Jerez o Málaga. La Feria de Abril dura exactamente seis días y solo incluye un fin de semana. Empieza el lunes, con lleno total gracias a la noche del pescaíto (cena previa al encendido del alumbrado) y acaba el sábado de madrugada.

La Feria del Caballo de Jerez es algomás larga, unas horas. Oficialmente empieza el lunes por la noche, a las 22 horas, con el alumbrado, pero dedica toda la jornada de mañana del lunes al jubilado. También acaba el sábado de madrugada.

La Feria de Málaga, que en los últimos años está también cuestionando su concepto, tiene una duración similar a la de Córdoba. Abarca dos fines de semana, ya que va de sábado a sábado.

B ¿CUÁNTAS CASETAS Y DE QUÉ FORMATO?

La Asociación de Casetas Tradicionales viene poniendo sobre la mesa el debate sobre el modelo de caseta. Tradicionalmente, la Feria de Córdoba se ha definido por el carácter abierto de estos espacios, de tamaño grande, que no han dejado de disminuir en número en la última década, pasando de 170 a 100 en esta edición. Esta asociación, sin embargo, apuesta por la coexistencia de casetas más pequeñas de carácter familiar y semiprivadas. Una propuesta, rechazada hasta el momento, que se inspira en ferias de éxito como la de Sevilla, donde hay más de mil casetas cada año, la mitad de las cuales son familiares, algo así como una prolongación del hogar de muchos sevillanos durante esa semana, y de acceso restringido.

En Jerez, con una población inferior a la de Córdoba (200.000 habitantes), el número de casetas es de 220. En este caso, que representa otro modelo de éxito, las casetas son todas públicas, gestionadas por colectivos de la ciudad, pero más pequeñas y muy cuidadas estéticamente, fomentándose la originalidad de su decoración, al contrario que en Sevilla, donde se impone la homogeneidad. No en vano, la Feria del Caballo ha sido declarada de Interés Turístico Nacional.

Al igual que en Córdoba, todas las casetas tienen cocina, si bien en Jerez y Sevilla se incluyen en la oferta gastronómica no solo tapas y raciones, también guisos para permitir que las familias que acuden al recinto coman como en casa.

C EL 'BOTELLÓN', UN PROBLEMA COMÚN

Si hay algo que tienen en común dos ferias andaluzas, la de Córdoba y la de Málaga, es que todavía no han sido capaces de resolver el tema de la juventud y el botellón. Por mucho que el concejal cordobés Rafael Jaén insistiera el año pasado en que no había botellón en la feria sino concentración juvenil, lo cierto es que la presencia masiva de jóvenes bebiendo junto al río rodeados de policía sigue siendo una constante que muchos sueñan con reconducir. En Málaga, con dos ferias paralelas, la diurna y la nocturna, también llevan varios años buscando una alternativa al botellón. El año pasado, el Ayuntamiento habilitó una zona joven de 3.000metros cuadrados bien lejos del centro, donde se celebra la feria de día, con música actual, jaimas, barras y precios asequibles. En la de noche, dispuso una macrodiscoteca de 1.500 metros cuadrados con actuaciones musicales para jóvenes.

Según los medios malagueños, el remedio fue peor que la enfermedad y esa separación dio lugar a un botellódromo o gueto de difícil manejo.

El botellón es un competidor con la fiesta tradicional en todas las ferias. En Jerez, como en el resto, se prohíbe practicarlo en el Real, aunque es habitual ver jóvenes con bolsas de alcohol y refrescos en la zona de casetas juveniles y, en última instancia, en La Rosaleda, un parque cercano. En Sevilla, se deja en manos de la Policía, que disuelve los botellones a base de multas, desplazándolos hacia Los Remedios.

D ¿QUÉ PAPEL JUEGA LA ESTÉTICA?

El cuidado estético de la feria es un elemento a tener en cuenta que no todas las ferias valoran en la misma medida. En Córdoba, el eclecticismo es la tónica general. En el Real, no hay norma. Se ven muchas mujeres vestidas de faralaes y hombres con traje de corto, lamayoría jinetes, gente de media etiqueta (pocos) y otros muchos, la mayoría casi, con look informal total. El calor y el irregular acondicionamiento de las casetas tiene mucho que ver en ello. Por contra, en Sevilla y Jerez, la estética de los visitantes es algo que se tiene muy en cuenta, entendiéndose como norma no escrita que a la feria se va o ataviado con el traje regional o vestido con media etiqueta.

En este sentido, cabe destacar que la feria de Sevilla se celebra en abril, normalmente con temperaturas suaves, y en un recinto céntrico. La de Jerez se desarrolla la primera semana de mayo, en condiciones similares.

En el extremo opuesto se encuentra la Feria de Málaga, ubicada en un lugar de playa y que además tiene lugar en agosto. Esos elementos hacen que sea más que habitual ver en la feria de día, ubicada en el centro de la ciudad, a hombres descamisados, que se pasean junto a mujeres vestidas de faralaes y jinetes vestidos de corto. Estos contrastes estéticos, que también se dan en Córdoba en menor medida, parecen no gustar mucho porque afean el conjunto de la feria y, de hecho, en muchos bares no sirven si no se guarda un mínimo cuidado en la vestimenta.

E DOS ELEMENTOS: CABALLOS Y VINO

La presencia de carruajes y caballos es uno de los ingredientes tradicionales de toda feria que aquí se viene potenciando año tras año porque supone un atractivo indiscutible, sobre todo en una ciudad como Córdoba, cuna del caballo español. En Jerez lo saben bien. De hecho, su feria se llama Feria del Caballo y coincide en el tiempo con la feria Equisur, que reúne a más de 400 caballos de toda España en el pabellón Ifeca, situado justo al lado del Real. En Sevilla, la presencia de caballos y carruajes también es un elemento sustancial de la fiesta. Muchas personas alquilan carruajes acreditados y engalanados por todo lo alto para la ocasión de los que pueden presumir en el Paseo de Caballos, perfectamente regulado.

El vino es otra clave a tener en cuenta. En Sevilla y en Jerez es la bebida por antonomasia. El consumo de fino, manzanilla y rebujito (muy popular también entre los jóvenes) gana por goleada a las copas. En el recinto ferial, el público se decanta mayoritariamente por el vino, lo que hace que la fiesta se desarrolle en un tono distinto al que se genera cuando se beben copas y, sobre todo, cubalitros. En Córdoba se bebe poco vino, mucha cerveza, muy popular por las altas temperaturas y muchas copas, sobre todo por la noche.

F ¿CUÁNTO VALE MONTAR CASETA?

Montar una caseta es una inversión en todas partes aunque no siempre se busca la rentabilidad. Mientras en Córdoba los colectivos con caseta basan parte de su financiación en los ingresos de la feria, por lo que obtener dinero es una prioridad, en Sevilla, la meta es tener un sitio en el Real donde pasar tiempo con la familia. Que sea más o menos bonito, dependerá del bolsillo de los que la montan. Una caseta media en Córdoba (300 m2), con terreno cedido por el Ayuntamiento (se paga agua y luz), supone un gasto de 20.000 euros. En Sevilla, una caseta de unmódulo, lamás pequeña, tiene como gasto estructural fijo unos 12.000 euros, que van principalmente al pago de la tasa municipal de luz y agua (1.200 euros) y al montaje (carpintería, toldo, tubos...), que ronda los 7.000 euros más IVA. A eso se suman los extra que cada uno elija en decoración y otros como vigilancia. El coste, que se reparte a escote, depende del número de socios. En Jerez, el montaje de casetas, más grandes que en Sevilla y más pequeñas que en Córdoba, tiene un coste mínimo de 24.000 euros (solo el sitio cuesta unos 2.500 euros). En los tres casos, otro gasto importante es el alquiler del equipo de música y/o la contratación de cuadro flamenco.