El Instituto Municipal de Gestión Medio Ambiental (Imgema) Real Jardín Botánico de Córdoba celebra el 25 aniversario del Museo de Etnobotánica, un espacio expositivo dedicado a rescatar los valores y usos que forman parte del patrimonio cultural, muy frecuentemente relacionado con el mundo rural, que, con la imposición del modelo urbano, se ha ido perdiendo. Las plantas pueden ser usadas en el ámbito culinario, pero también en usos relacionados con la artesanía rural, utensilios domésticos de cocina y transporte de agua.

Según informa el Ayuntamiento, el Museo se inauguró el 23 de septiembre de 1992 como un proyecto de la ciudad de Córdoba dentro de las actividades relacionadas con la celebración del V centenario del descubrimiento de América. Los materiales fundacionales son de origen diverso, en su mayoría del continente americano, que se incorporaron al museo a través de exposiciones realizadas entre 1987 y 1991.

En 2009 se remodeló su museografía y contenidos, modificándose el plan museológico y discurso expositivo. La colección se amplió con procedimientos normalizados basados en criterios científicos asesorados por la Universidad de Córdoba, a partir de investigación etnobotánica de campo.

Desde entonces, es un museo totalmente diferente y nuevo. El eje central del museo, según ha apuntado la presidenta del Imgema, Amparo Pernichi (IU), durante la presentación, "es la etnobotánica iberomacaronésica, el rescate del patrimonio etnobotánico y de los conocimientos relacionados con actividades rurales no vigentes".

En 2017 se celebran 25 años y se analizará su evolución y transformación en el tiempo, las nuevas perspectivas y proyectos, de cara a consolidarlo en su proyección futura como una institución de referencia en la documentación y custodia del patrimonio etnobotánico iberomacaronésico y americano.

Contiene colecciones de referencia: materiales elaborados con encina, especies vegetales de interés etnobotánico en Andalucía y también habla de usos de los que no se hablan en otros museos: relación de cultura y plantas, etnobotánica andalusí y relaciones entre viejo y nuevo mundo.

En concreto, las actividades preparadas para este año, según ha señalado Amparo Pernichi, "tienen como objetivo impulsar, desarrollar y visualizar los programas y proyectos del museo".

EL PALO CORTADO

De esta forma, el día 27 de junio tendrá lugar la proyección del documental de cine etnobotánico 'El misterio del palo cortado', de José Luis López Linares. El mismo versa sobre el palo cortado que, si bien en el siglo XIX daba nombre a una gran variedad de vinos, por razones desconocidas en el tiempo se convirtió en un tipo muy particular, el único definido por su sabor.

Producido por José Luis López Linares y Antonio Saura, se estrenó en el Festival de Cine de Berlín en 2015 y en él intervienen cocineros de prestigio como Josep Roca y Paco Pérez. La proyección tendrá lugar a las 21,00 horas y la entrada es libre hasta completar aforo.

A comienzos de otoño tendrá lugar la exposición de artesanía denominada 'Más que cestos', que recogerá una amplia variedad de materiales singulares de artesanía rural.

Entre octubre y noviembre se desarrollará un ciclo de conferencias que conectará las diferentes disciplinas, materias y profesionales relacionados con la etnobotánica y la misión del museo --Botánica, Etnobotánica, Farmacología, Antropología, Historia, Gastronomía, Agronomía, Museología y Patrimonio inmaterial--.

Hablarán sobre aspectos materiales de la relación cultural con la naturaleza que evidencian los objetos de la colección --materias primas y aplicaciones sobre organismos vivos, fundamentalmente maderas, medicinas y alimentos--, así como de aspectos inmateriales --significado simbólico de las materias primas y los artilugios o elaboraciones que con ellas se realizan--.

También, están previstos convenios de colaboración con asociaciones de artesanos de la provincia de Córdoba y la Cátedra Intergeneracional de la UCO.

Además, el Museo de Etnobotánica potenciará el desarrollo de uno de sus programas: 'Tesoros humanos vivos', entregando credenciales de reconocimiento a sus protagonistas. Según ha aseverado Pernichi, "será un agradecimiento con reconocimiento público del museo a quienes lo fueron en 1992 y a quienes los son hoy como depositarios y eslabones fundamentales de la cadena de transmisión de los conocimientos botánicos tradicionales que el museo documenta, conserva y custodia".