La festividad de la Asunción de la Virgen dejó ayer en Córdoba dos procesiones. Así, junto a la tradicional procesión de la Virgen del Tránsito en el popular barrio de San Basilio, la Virgen de la Asunción, titular de la parroquia del mismo nombre, situada en el Parque Figueroa, recorrió las calles de la popular barriada por segunda vez.

Alrededor de las 10 de la mañana se puso en la calle el cortejo que acompañaría a la titular de la parroquia por las calles de la feligresía. La imagen procesionó sobre una sencilla parihuela exornada con flores blancas portada por feligreses de la parroquia. En esta ocasión contó con el acompañamiento musical de la banda de música de Santa Cecilia de la localidad cordobesa de Montoro.

Pero la festividad de la Asunción de la Virgen en Córdoba no se entiende sin la Virgen del Tránsito, la Virgen de Agosto. Así, si hay un barrio que tiene el don para convertir la ciudad en un retazo de cualquiera de los pueblos de la provincia ese es San Basilio. La cal, la piedra, la gente de siempre crean el ambiente propicio para recibir a la Virgen del Tránsito, la de Acá, como gusta llamarla a sus vecinos.

A pesar del sofocante calor, mucho antes de las ocho de la tarde, hora prevista para la salida, ya había gente en el barrio expectante para contemplar a la Virgen de Acá, la de toda la vida, la cual ya se vislumbraba en su urna dorada en el interior de la parroquia de Nuestra Señora de la Paz, mientras el cortejo que la precedía iba poco a poco tomando las calles.

Las campanas, el gentío, y los sones de la banda Tubamirum, de Cañete de las Torres, puso el resto para vivir unos intensos momentos ante la Virgen del Tránsito. Con el paso enmarcado en la puerta lateral del templo, la banda Tubamirum interpretó la Marcha Real con la que la Virgen del Tránsito se reencontraba un año más con los suyos. Una banda que ayer interpretó más fuerte si cabe, para que sus sones llegaran hasta el cielo, hasta Marta García, la componente de la banda que hace unos días perdió la vida en la carretera. En la tarde de ayer la hermandad quiso recordarla al inicio de la procesión dedicándole una emocionada levantá. Tras el himno, la formación de Cañete interpretó varias marchas con las que rindió a su vez homenaje al maestro Pedro Morales.

Con estos sones, la Virgen del Tránsito, exornada con grandes esquinas de nardos, se recortaba en la blancura de las casas de su barrio dispuesta a cruzar el Arco de Caballerizas en dirección a la Catedral.

Tras el paso por el interior del primer templo de la diócesis la comitiva regresó a su templo entre un gran bullicio y el calor propio que cada año nos lleva ante la Virgen de Agosto, la Reina y Señora del popular barrio San Basilio.